EL MUSEO Provincial de Lugo perdió esta semana una de sus joyas, la colección de orfebrería áurea prerromana de Álvaro Gil. Aunque algunos especialistas (entre ellos, su tasador) intentan matizar el alcance de esa pérdida, el conjunto que el coleccionista lucense depositó en 1975 era una de las señas de identidad del museo. No la única, la colección de epigrafía romana, aunque menos conocida y llamativa, es una de las mejores de la Península.
Lo único bueno es que no todo el oro castrexo está en manos de la familia Gil. La segunda colección más importante es pública, aunque no fácil de ver para los lucenses. Está en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), un centro que, además, permanece cerrado por reformas desde julio de 2011. Su reapertura está prevista para el próximo año.
REACCIONES. Cultura do País pide expropiación
- La asociación Cultura do País pide que ante el «drama» que supone la pérdida de la colección, las instituciones públicas, «nomeadamente a Deputación», inicien el expediente de expropiación «duns bens que moralmente pertencen a todo o pobo galego».
Las características, con «piezas buenas y malas», las exigencias de la familia y el precio hacen difícil que interese a un museo nacional