Estribillos de ayer para fans de hoy

Actores del Cantajuego (Foto: Sebas Senande)
photo_camera Actores del Cantajuego (Foto: Sebas Senande)

El fenómeno fan no hace distinción de edad, como bien se demostró ayer en el Pazo Provincial dos Deportes, donde el espectáculo de Cantajuego desató el inocente furor infantil. La única actuación en Galicia de este proyecto musical que reinventa las canciones de siempre logró llenar el aforo, que superaba las 4.000 personas, y descargó dos horas de letras populares y coreografías a medida ante un auditorio fiel que siguió su desarrollo con los ojos y la boca bien abiertos.

Los integrantes del grupo ‘Encanto’ se esmeraron en hacer llegar a su público -de entre dos y siete años en su mayoría-, las canciones que los han hecho famosos ahora y que pertenecen a los recuerdos de infancia de sus padres y abuelos, que fueron de acompañantes.

Además, los actores alternaron las canciones con pequeñas representaciones teatrales y durante las dos horas que duró el espectáculo cambiaron varias veces de escenario, lo que contribuyó a mantener el interés de los pequeños. También ayudaron pequeñas tretas, como iniciar los compases de una canción para luego interpretar otra totalmente diferente y sorprender así a los chavales.

El grupo del Cantajuego dejó para el final del espectáculo las tonadillas más populares, que tuvieron un coro masivo entre el público. ‘El payaso Tallarín’, ‘Soy una taza’ o ‘Una mané’ alimentaron el entusiasmo de los pequeños espectadores.

En el escenario aparecieron también los muy familiares personajes Coco, el burro Pepe, Buby y el payaso Tallarín, que estuvieron por la mañana visitando a los niños ingresados en el Hospital Universitario Lucus Augusti.

El grupo ‘Encanto’ hizo una pequeña representación del espectáculo en el vestíbulo del centro hospitalario. Aunque inicialmente esta aparición estaba destinada a los niños ingresados, lo cierto es que otros pequeños fans aprovecharon la oportunidad de ver de cerca a los integrantes del proyecto y se creó una pequeña multitud.

El concierto contó con la colaboración de las áreas de Cultura de Concello y Diputación, que repartieron entradas gratuitas entre niños que residen en casas de acogida y centros de menores.

El concierto acabó a las ocho y media, pero no hubo 'after'. La cena y a la cama.

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