¿Está preparada la Policía de Lugo?

La muerte de Elena Dumitru coloca de nuevo en el punto de mira a los responsables policiales. La llegada de Manuel Teijeiro al puesto de comisario jefe trajo consigo cambios en las funciones de varios policías y modificaciones en la organización de las brigadas, entre ellas las que se dedican a la violencia de género. Algunos responsables sindicales critican este organigrama, que desde la comisaría se defiende como el más eficaz para el número de efectivos con el que se cuenta.

1. Tres servicios por los que puede pasar una víctima

Por un lado está la Udev (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta), que es uno de los tres grupos operativos de Policía Judicial. «Investiga en horario de mañana y tarde los llamados delitos violentos, entre ellos la violencia de género», señala la comisaría. Luego está la Odac, la oficina que recibe las denuncias 24 horas al día y puede derivar los casos o no a la Udev. Y un tercero, la Upap (Unidad de Prevención, Atención y Asistencia a la víctimas), que contacta con las mujeres desde el primer momento, hace un seguimiento y controla que se cumplan las órdenes de alejamiento. 

2. Maltratadas en la oficina de denuncias

Es una de las principales quejas. El hecho de que una mujer maltratada pase por la oficina de denuncias, como cualquier otra persona que va a presentar una queja. Los críticos con Teijeiro sostienen que la valoración de la víctima deben hacerla siempre agentes especializados, por la delicadeza de estos asuntos, sin embargo en la Odac están abocadas a hablar con cualquier policía que esté de turno en esa oficina, aunque pertenezca a la Brigada Judicial. La comisaría dice que, ya antes de los cambios de estructura, las maltratadas eran recibidas en la Odac si el hecho se producía fuera del horario de trabajo de la Udev. Añaden que desde octubre son recibidas en un despacho privado para garantizarles «absoluta reserva e intimidad. Entendemos por ello que la mejora en las condiciones de atención a la víctima son evidentes».

3. La brigada eliminada y la cuestión del nombre

La comisaría sostiene que nunca hubo un grupo específico dedicado a luchar contra la violencia de género. Sí reconocen desde esta institución que había una brigada denominada «contra las personas», similar a la actual Udev, que trabajaba de lunes a viernes y con horario de mañana y tarde. La realidad que plantean algunos miembros de los sindicatos es otra, ya que sostienen que sí se trataba de un grupo especializado, que solamente se ocupaba de este cometido y que se disolvió por orden de Teijeiro supuestamente para dar más movilidad a los agentes y evitar que consiguiesen privilegios de horarios y puestos que luego sería difícil cambiar. Dicen también que en otras comisarías sí hay este tipo de brigada especializada en el trato con mujeres, como también existe en la Guardia Civil.

4. La dotación de la Upap y la plaza rechazada

El propio Manuel Teijeiro rechazó una plaza nueva que le ofrecían desde Madrid para la unidad que hace seguimientos de las víctimas de violencia de género. Sus críticos ven incongruente esta decisión, tomada por criterios de ratio de mujeres por agente destinado al servicio. Desde la comisaría se defienden y aseguran que se consideró que la Upap está bien dotada, lo que condujo a rechazar la plaza. Sin embargo, es de las pocas comisarías que decidió en su día no crear la SAF (Servicio de Atención Familiar), una unidad integrada por policías judiciales que opera en la gran mayoría de ciudades y cuya creación obedeció a la problemática de la violencia doméstica. La SAF pretende unir los antiguos SAM, de atención a mujeres, y Grume, de menores, que databan de 1986.

5. 320 mujeres vigiladas por órdenes de alejamiento

Una de las principales funciones de la Upap es velar porque se cumplan los alejamientos. Actualmente hay en Lugo la friolera de 320 mujeres amenazadas o intimidadas por sus exmaridos o exparejas. El juzgado de violencia de género mantiene activas estas 320 órdenes de alejamientos y, si bien la mayoría se cumplen, una parte precisa de seguimiento diario, con llamadas habituales a las víctimas para que comuniquen cualquier novedad o sospecha. ¿320 para 4 agentes son muchas o pocas? Toca a 80 por policía, lo cual parece bastante. También lo creyó así la Dirección General cuando pensó en crear una nueva plaza. Pero no se lo parece a Teijeiro, que la ve con los medios «adecuados». La comisaría ofrece datos de referencia para avalar su decisión y señala que hasta hace poco más de un año solo había tres agentes y que, «A Coruña dispone de 7 puestos, pero Ourense, Pontevedra y Vigo tienen 4 y el resto de las demás plantillas de la comunidad están por debajo».

6. ¿Reciben las mujeres la misma atención que antes?

Pues da la impresión que no, aunque desde la comisaría se ve «mejor» ahora. Señalan que antes eran recibidas también en dos despachos, en las instalaciones de la Brigada Judicial, «por policías trabajando en uno de ellos con necesidad de moverse por el grupo». Intentaban no interferir, «pero no siempre era posible». Si la primera atención en la oficina de denuncias era antes una excepción, que se podía producir de noche o en fin de semana, ahora es la norma. Si hay agentes expertos disponibles ¿por qué no las atienden ellos y no en la oficina de denuncias?

7. Sin denuncias previas poco se puede hacer

El debate está sobre la mesa, pero resulta infructuoso en el caso de Elena Dumitru. Poco se podía haber hecho policialmente para salvarle la vida, dado que no había denuncias previas y por lo tanto no estaba supervisada por la Opap. Nada había alertado a la Policía de la situación.

8. La Subdelegación da por buena la estructura

Las decisiones de Teijeiro pueden ser criticadas, pero tiene todo el derecho a tomarlas como jefe de la comisaría y responsable de su funcionamiento. También hay sospechas de que detrás de algunas quejas puede haber agentes a los que les cambió la situación laboral y ahora tienen más trabajo. Además, el subdelegado del Gobierno, Ramón Carballo, le dio su apoyo públicamente.

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