Especialista en repoblaciones

Eduardo López Bran. EPL
photo_camera Eduardo López Bran. EPL

Como dermatólogo, este lucense ha puesto una pica en la atención clínica, otra en la investigación y una tercera en la cirugía estética. Sus manos han hecho florecer multitud de cabelleras deforestadas.

no ha descubierto ningún elixir contra la calvicie, pero ha participado en la investigación que dio como fruto los medicamentos de prescripción mayoritaria en todo el mundo contra la caída del pelo: el minoxidil y la finasterida. Además, se ha convertido en una referencia en cirugía tricológica y ha repoblado muchas cabelleras, algunas muy conocidas. Eduardo López Bran es un hombre de frente despejada, que está en medicina por tradición familiar y por las posibilidades que le ofrecía para el trato humano. Con muchos años en la profesión, y habiendo tocado prácticamente todos los palos, considera que sus ambiciones «están satisfechas», aunque todavía le queda mucho recorrido.

Eduardo López Bran vivió en Lugo hasta los 17 años. Cuando le tocó sopesar posibilidades profesionales para su futuro, la experiencia de primera mano que había tenido de la medicina a través de su padre le convenció. «Quería una profesión que permitiera cultivar el trato con los demás y ayudar a la gente, y ésta me lo ofrecía», recuerda hoy después de pensar unos segundos. Estudió la carrera en Santiago, pero se fue luego a Madrid a hacer la residencia y, aunque durante un tiempo tuvo en mente la idea de regresar a Galicia, las cosas le fueron demasiado bien para volver.

Su especialización en Dermatología se decidió durante la carrera, casi por casualidad. «Cuando era alumno de la Universidad de Santiago era difícil acceder a los hospitales, pero me surgió una oportunidad como alumno interno en la unidad de Dermatología en el hospital universitario y allí me quedé hasta el final de la carrera», explica.

Le parecía una rama interesante y con muchas posibilidades, y no se equivocó, porque desde entonces ese campo «ha mejorado mucho y muchos tratamientos y procedimientos han venido en ayuda de los dermatólogos tanto para el diagnóstico, como para el tratamiento». Él ha procurado estar muy al día en esos avances.

Al acabar la residencia le surgió una plaza en la Universidad Complutense -donde se doctoró-, y con ello la posibilidad de ejercer la docencia y la actividad clínica en el hospital San Carlos, adscrito a este centro universitario. Así lo ha hecho desde entonces, aunque si tiene que escoger «primero soy médico y después docente», dice. Hoy en día es el jefe de Dermatología de la institución hospitalaria, un cargo que, además, le permite incluir las labores de gerencia en su currículum.

López Bran completó su formación en el hospital Saint Louis de París, donde se especializó en cirugía tricológica, una opción cada vez más demandada para quienes no quieren atarse a los tratamientos orales o tópicos, que necesitan un uso continuado para ser efectivos, o quienes prefieren atajar el problema de raíz antes de que empiece a ser muy evidente. Así, en su consulta privada se ha especializado en microtrasplantes; mientras que en la sanidad pública la oncología cutánea centra en buena parte su actividad clínica, dado que, debido a la mayor longevidad, la prevalencia del cáncer de piel también se incrementa. El diagnóstico precoz es clave en estas patologías, dice, y enfatiza la importancia de concienciar sobre la necesidad de consultar cualquier cambio en la piel.

En el esbozo de su perfil profesional falta incluir la investigación, orientada al tratamiento de la alopecia y la psoriasis desde la genómica y la proteómica. López Bran subraya los avances que se han hecho en el tratamiento de la psoriasis que, apunta, han permitido a los pacientes mejoras sustanciales en la calidad de vida, con el desarrollo de fármacos biológicos que mejoran considerablemente el estado del paciente y retrasan la recidiva.

En la investigación de la alopecia, López Bran participó en el desarrollo de los principales fármacos disponibles hoy en día contra la calvicie, el minoxidil y la finasterida, Fue el responsable en España de los estudios multicentro -pruebas que se realizan en distintos hospitales en las últimas fases del proceso investigador- para testar el producto antes de llegar a la comercialización.

Con su grupo de investigación, trabaja ahora en la búsqueda de los genes que predisponen a la pérdida de cabello con el fin de desarrollar fármacos individualizados que permitan modificar esa tendencia y, de este modo, elevar la eficacia y minimizar riesgos del tratamiento. «No se sabe lo lejano que está el éxito, pero hay muchos investigadores trabajando en esa línea en todo el mundo», indica.

Quien dé con la fórmula habrá encontrado una pócima a la altura del elixir de la eterna juventud. «El pelo no tiene una función vital, más allá de la protección física contra el sol, pero la importancia psicológica de perderlo es imposible de medir y en algunos es muy elevada», justifica.

«La estética es el negocio del siglo XXI y en torno a él se mueven cifras escandalosas» 

la dermatología tiene un pie puesto en la estética, un sector que para López Bran se ha convertido «en el negocio del siglo XXI. en torno a él se mueven cifras escandalosas». La demanda la comprueba a diario en su consultorio privado: «La gente quiere verse bien porque cada vez más se identifica una buena imagen con salud y lo que antes estaba reducido a personajes de determinados sectores sociales, ahora se ha generalizado».

El doctor López Bran es partidario de las técnicas de mejora de la estética «si se usa de forma racional, siempre que no esté encubriendo un problema de otro tipo».

Su especialidad son los trasplantes de pelo, la técnica más revolucionaria para sortear la calvicie. «Es de las más practicadas en el momento actual y cada vez las intervenciones son más precoces», indica. De este modo, hay gente cuyo entorno no ha llegado a percibir realmente su alopecia, pues la han ido paliando con trasplantes paulatinamente.

En esta técnica, se toma pelo del espacio entre las dos orejas a la altura del cogote, una zona donde no hay predisposición genética a perderlo y donde crece toda la vida, para trasplantarlo a la área alopécica. «Es como una siembra que florece más tarde», explica el doctor López Bran. Es una cirugía sencilla, «pero laboriosa», que requiere mucho personal especializado, de ahí que no sea barata. «Para las personas que están preocupadas por el pelo les resulta rentable», asegura.

¿QUIÉN ES?

Eduardo López Bran

CARGO

Profesor titular de Dermatología de la Universidad Complutense de Madrid y jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

CURRÍCULUM

Doctor en Medicina por la Universidad Complutense, responsable en España del estudio multicentro de fármacos contra la caída del pelo; investigador de la alopecia y la psoriasis y especialista en cirugía tricológica.

 

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