Enfermeros agredidos piden ''tolerancia cero'' frente a la violencia en el trabajo

Los casos de dos profesionales de enfermería agredidos en su trabajo centraron la mesa redonda con la que ayer finalizaron las jornadas 'Violencia en el sector sanitario', organizadas por el colegio profesional de Lugo y la escuela de Ciencias da Saúde. En el foro se reclamó «tolerancia cero» contra las agresiones y se hizo un firme llamamiento a denunciar cualquier tipo de violencia.

En ese sentido, uno de los trabajadores que ofreció su testimonio instó a no permitir «ni siquiera un insulto». «Entiendo que no todo debe llegar a un juzgado, pero sí hay que reclamar a dirección, no a la supervisora, con un escrito del que hay que conservar copia», recordó José Luis Boado, enfermero en el centro de salud de Arteixo.

Precisamente cuando este se presentó hubo un murmullo de reconocimiento entre el auditorio. El enfermero admitió que se trataba de «un centro conflictivo», que daba servicio a distintos colectivos de inmigrantes. «Sin embargo, los agresores no son inmigrantes, son los de aquí», puntualizó.

En su caso, los hechos transcurrieron hace cuatro años, cuando un hombre sin cita entró reiteradamente en la consulta donde otra paciente estaba siendo atendida. Cuando el enfermero salió le propinó un puñetazo y le denunció por agresión. El testimonio de los pacientes presentes permitió al profesional sanitario demostrar que era la víctima y no el agresor. Este fue condenado a prisión.

SERVICIOS
Urgencias, de los más vulnerables

Si bien las agresiones al personal sanitario se producen en casi todos los servicios, uno de los más tradicionalmente afectados es el de Urgencias, tal y como destacó en la jornada anterior el director de ese servicio para la Comunidad de Madrid, Pedro Martínez Tenorio.

El testimonio del enfermero del PAC de Arteixo José Manuel Galves ejemplifica esos casos. El agresor ya manifestó comportamientos violentos con el personal de la ambulancia cuando acudieron a su domicilio a recoger a su madre.

Al llegar al PAC, cuando Galves se subió a la ambulancia para valorar el estado de la enferma y decidir si se la atendía allí o se enviaba al hospital recibió un puñetazo, además de constantes insultos, que se prolongaron mientras se atendía a la paciente. Sólo al llegar la Guardia Civil el agresor se empezó a calmar.

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