La suerte de los lucenses este año es que el calor no aprieta y poca necesidad hay de refrescarse porque, un verano más, los medios de que dispone la ciudad para darse un baño son más bien escasos. Frustrado el proyecto de playa fluvial en la zona de Los Robles, que ni siquiera deviniendo en zona de baño consiguió superar las trabas burocráticas, a los lucenses solo les queda seguir lanzándose al río como siempre lo hicieron: salvando el desnivel, que en ese lugar es considerable, y más aún a la hora de salir del río, y por su cuenta y riesgo.
Por segundo año, el Miño no tendrá servicio de socorrismo probablemente hasta finales de mes, puesto que la Xunta aún no ha confirmado la subvención para contratar al personal y el Concello no ha iniciado su selección.
Los lucenses tampoco cuentan aún con la alternativa a la playa fluvial que anunció el gobierno local: las piscinas de Los Robles, cuyo gerente confirmó que, en principio, no hay obstáculos para igualar los precios de sus piscinas a los de las municipales, pero no pudo concretar cuándo se podrá disfrutar de ellas.
OTRAS SI. Sí han empezado a funcionar ya las piscinas exteriores de Frigsa (las únicas de titularidad pública) del Club Fluvial, de Las Bridas y de Aqualife.
