En el juicio se negaron a hablar, pero ante el juez instructor lo confesaron

Aunque en el juicio todos los acusados se negaron a declarar, la sentencia explica que en el juzgado instructor «asumieron su participación directa en los hechos» y que lo hicieron con todas las garantías, en presencia de un letrado, y cuando tenían a su disposición todo el material relativo a las grabaciones.

De este modo, la sentencia explica que «los testimonios evacuados en instrucción han de primar sobre el silencio que esgrimieron en el plenario». Además, argumenta que el contenido de dichas declaraciones fueron leídas durante el juicio, «por lo que las partes tuvieron la oportunidad de interrogar sobre tales extremos».

Pruebas

La Audiencia considera estos testimonios como la «prueba fundamental» en su contra, aunque mantiene que «existen también elementos periféricos que apuntan sin duda a su autoría».

Entre estas pruebas cita la presencia el día de los hechos de los coches de los imputados en A Veiga; el reloj robado que estaba en poder de Rubén Collazo; los efectos de las víctimas que se encontraron en el domicilio vigués de Domingo Camiña y Gheorghe Bejenaru; la localización de varias llamadas realizadas ese día desde los teléfonos de Henry Carreño y Roberto Carlos Cuervo en las inmediaciones del chalé asaltado, o la braga polar y los guantes que fueron encontrados en la zona y que tenían el perfil genético de Cuervo.

La Sala explica que los cinco condenados participaron en el robo y que es «indiferente» que unos entraran en la vivienda y otros quedaran fuera para garantizar la huida.

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