Dos candidatos salidos de la actual directiva aspiran a tomar el relevo de Miguel Fernández, que deja la presidencia del Colegio de Enfermería tras ocho años de mandato.
José Alfredo Valín Pérez. Candidato a presidir el Colegio de Enfermería
Vicepresidentre en la junta directiva saliente, este candidato advierte a las demás profesiones relacionadas con la salud que deben «respetar» el nuevo marco académico que establece el plan Bolonia y a las administraciones públicas que «adapten» el espacio laboral y profesional a ese marco.
«Somos mediadores entre médicos y pacientes, pero no debemos estar subordinados, como en alguna prácticas cotidianas que vienen de atrás», asegura.
José Alfredo Valín, que es enfermero en la unidad de geriatría del Hospital de Calde, explica que en el actual organigrama del Sergas sus compañeros sólo pueden aspirar como máximo a jefaturas de servicio, cuando con la titulación que les posibilita el nuevo marco académico deberían poder optar a alguna subdirección general.
Valín afirma que el Colegio de Enfermería de Lugo «no tiene que ser una academia de dar cursos». Este aspirante cree que se debe seguir impartiendo formación sobre prescripción o sobre grados, pero considera que «no es de recibo» que se sigan organizando otros que «no cuentan para oposiciones o accesos a trabajos».
Este candidato propone que a las enfermeras les respeten durante años las notas de las oposiciones en las que aprobaron sin plaza, sin tener que presentarse continuamente a exámenes si no lo desean, para que así les pueda resultar más cómodo conciliar la vida laboral y la familiar.
Valín Méndez aboga por aunar esfuerzos con la Escola de Enfermería, los sindicatos y las administraciones y advierte que «defenderemos la profesión de las estrategias que intenten dividirla, vengan de donde vengan».
La «fuerza» de este colectivo, según Valín, reside en su cohesión, por lo que indica que estarán atentos para denunciar aquellas maniobras que detecten que tengan por finalidad dividirlo.
Sobre el Hospital Lucus Augusti, tras destacar que es «una maravilla», Valín Méndez precisa que es un centro «diseñado para estar informatizado, que aún está trabajando con papeles, como las peticiones de pruebas analíticas», por lo que considera que los enfermeros tienen que realizar gestiones que no tendrían que hacer si ya estuviese completamente informatizado.
Lourdes bermello López. Candidata a presidir el Colegio de Enfermería
Cooperante y directiva de la ONG Solidariedade Galega, esta enfermera del servicio de neurología y neurocirugía del Hospital Xeral, en su ejercicio de «defender» la profesión y de «trabajar para y por mis compañeros», reivindica que se cumplan los ratios para que «Lugo deje de ser una de las provincias con menos profesionales por cada 100.000 habitantes» y que las condiciones laborales y salariales sean «acordes con la categoría que desempeñamos».
Lourdes Bermello aboga porque la profesión sea «el referente de la educación y la promoción para la salud», porque considera que el enfermero es el que está «más en contacto» con el paciente y tiene la formación «adecuada» para llevarlo a la práctica.
Esta candidata a presidir el colegio lucense, que fue secretaria con la junta saliente, también reivindica que se incluya a enfermeros en los equipos de valoración de la dependencia. A su juicio, es «el mejor profesional que verdaderamente conoce los cuidados y necesidades que el usuario y su familia tienen».
Bermello propone crear el enfermero de enlace entre los cuidados en domicilio y la asistencia en hospitales o centros de salud, figura profesional que asegura que ha dado «buenos resultados» en otras comunidades autónomas donde se ha desarrollado esa figura.
Esta enfermera indica que el colegio tiene que facilitar el acceso al grado académico, a las especialidades y a la prescripción de medicamentos y fármacos, así como que debe ser el referente informativo para los profesionales.
A la hora de valorar el nuevo hospital de la capital, el Lucus Augusti, coloca en uno de los platos de la balanza que es «uno de los mejores de Europa» a nivel tecnológico y de instalaciones, pero exige que debe tener «una plantilla adecuada» de profesionales de enfermería para «garantizar la buena praxis profesional en aras de la seguridad del paciente».
