Jorge Dorribo, en representación de Laboratorios Nupel, nombró representación legal de la empresa, con abogado y procurador, cuando esta entró en concurso de acreedores. En teoría, su labor era absolutamente independiente de la de los administradores concursales y de la de los defensores particulares del propio Dorribo y su socio, Arsenio Méndez. El problema es que ahora este abogado de confianza de la empresa puede pasar a ser una víctima más de esta espectacular quiebra, ya que un auto del Tribunal Supremo le va privar del cobro de más de 80.000 euros que habían pasado como costas procesales en un solo asunto.
El origen se sitúa en una reclamación que los administradores concursales de Nupel iniciaron contra Bankia para que devolviera los 868.000 euros que se había quedado de los fondos europeos que la empresa recibió como subvención por parte Igape. Esta subvención era finalista, es decir, solo se podía usar para aquello que había sido concedida, en este caso el supuesto montaje de una línea de envasado de fármacos en unidosis. Sin embargo, Bankia, entidad a través de la que la Xunta hizo el ingreso, se quedó 868.000 euros en concepto de pago de créditos que tenía pendientes con Nupel.
868.000 euros en tierra de nadie
La pelea judicial por este asunto no acaba ahí. Bankia se vio obligada a devolver los 868.000 euros y a depositarlos en las cuentas de Nupel, para pagar a los acreedores. Sin embargo, por el medio llegó una orden del juzgado de instrucción 3, que es el que lleva el caso Campeón, que quiere quedárselos para hacer frente a posibles indemnizaciones de Dorribo en el proceso. Ahora, todos están pendientes de que la Audiencia Provincial decida que juzgado tiene razón en este asunto.
