El régimen de autónomos crece en Lugo a ritmo de un afiliado más cada dos días

Gelis Fouz y David Rodríguez, dos nuevos emprendedores en la capital lucense. sebas senande/XESÚS PONTE
photo_camera Gelis Fouz y David Rodríguez, dos nuevos emprendedores en la capital lucense. sebas senande/XESÚS PONTE

A sus 20 años de edad David Rodríguez acaba de abrir su primer negocio. Es una tienda de fragancias de equivalencia a granel, La Botica de los Perfumes. Está a las puertas de la muralla romana, en la Rúa Nova. «Es una buena oportunidad con vistas al futuro», dice este joven emprendedor.

David Rodríguez es un ejemplo más de los que buscan en el auto -empleo una salida a la complicada situación del mercado laboral. En el primer semestre de este año, en la provincia de Lugo se contuvo la caída de la afiliación a la Seguridad Social de autónomos que no pertenecen al sector agrario. E incluso se registró un ligerísimo incremento. Cada dos días se produjo en este organismo una alta más de trabajadores por cuenta propia.

El mes pasado se superó por primera vez en los últimos años la barrera de los 24.000 autónomos inscritos -no agrarios-. En total había 24.018 en junio, 81 más que a principios de este ejercicio, lo que supuso una subida del 0,33%, según los datos facilitados por la dirección provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Si se tuviesen en cuenta los autónomos del campo, ya sería otro cantar. En ese mismo período disminuyó la afiliación en 242, casi un 1,9% menos. De los 12.927 de enero se descendió a los 12.685 del mes pasado. Y la sangría continuará debido a las jubilaciones y al cierre de explotaciones por la crisis del sector, sobre todo en el lácteo.

 El anticipo del paro como ayuda para emprender

No fue el caso de David Rodríguez, pero sí el de Gelis Fouz. Solicitó cobrar de golpe lo que le quedaba de la percepción de desempleo para invertir ese dinero en la puesta en marcha de su establecimiento.

Sin ayudas

Al margen de ese respaldo que tuvo Gelis Fouz para encarar su nueva actividad, ambos emprendedores coincidieron en señalar que no han tenido ayudas públicas para acometer su aventura empresarial. David Rodríguez añade además que «menos mal que no tuve que pedir un crédito que no me lo daban».

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