El puente se aclara y se achica

Operarios trabajando en el puente, ayer por la tarde. SEBAS SENANDE
photo_camera Operarios trabajando en el puente, ayer por la tarde. SEBAS SENANDE

No hay obra que guste a todo el mundo, pero si se trata de una restauración, el debate está servido. La rehabilitación del puente romano es una de las intervenciones más ambiciosas que se han acometido en los últimos años en el patrimonio lucense y no está dejando indiferente a nadie. Para muchos lucenses, el resultado está siendo espectacular, aunque la obra no convence a todo el mundo. La última controversia vino dada por la piedra elegida para reconstruir los pretiles, la plataforma y otros elementos del viaducto porque no se parece a la que se conserva en el resto de la estructura y en algunos ámbitos se dice incluso, sin rigor, que es lusa y no gallega.

La elección de la piedra fue uno de los mayores quebraderos de cabeza del autor del proyecto de restauración, el ingeniero Manuel Durán, y de la dirección de obra, que lleva a cabo la empresa ourensana Misturas. Se buscaba un material cómodo para caminar, resistente al paso de vehículos y que procediera de yacimientos próximos a Lugo, ya que no es probable que los romanos se desplazaran mucho para buscar el material. Además, condición básica de la restauración es que la parte nueva se diferencie perfectamente de la original.

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