El PSOE cierra filas a favor de Blanco mientras que el PP le exige que dimita

Los socialistas cerraron ayer filas en defensa de la honradez de José Blanco, mientras desde el PP comenzaba a exigir la dimisión del ministro.

El primero en dar la cara por el político lucense fue Alfredo Pérez Rubalcaba, que señaló que no le cabe ninguna duda de que su compañero de partido dice la verdad cuando asegura que no tiene nada que ver con el supuesto cobro de comisiones. «El empresario parece que estuvo en la cárcel unos meses y eso a uno le da que pensar», señaló Rubalcaba, quien tiene claro que «entre Blanco y el empresario, no le quepa ninguna duda, la verdad la dice Blanco».

En Lugo, el alcalde, José López Orozco, le pidió Blanco que no dimita porque «coñezo desde hai tempo o seu comportamento» y porque «neste momento o que se necesita é fortaleza, mirar cara adiante e non deixarse amedrentar por acusacións de tan baixo estilo». El regidor lucense dijo que José Blanco está «doído, pero é un home moi enteiro» por las acusaciones vertidas contra él por el empresario Jorge Dorribo. «Sei da súa xenerosidade e sei que non está en política para facerse rico, nin para recibir ningún tipo de comisión», aseguró López Orozco.

El mentor político del ministro, tal y como lo califica el propio José Blanco, considera que las declaraciones del gerente de Laboratorios Nupel es «fume defensivo para poder salvar os problemas que poida ter» y cree que «vai quedar en nada».

No lo ve así el portavoz municipal del PP, Jaime Castiñeira, que pidió la dimisión del ministro de Fomento, al que le dijo que «tome nota» de las decisiones adoptadas por Fernando Blanco y Pablo Cobián, que a su juicio son «un xesto que lles honra».

En la misma línea, el portavoz de Fomento del PP en el Congreso, Andrés Ayala, considera «insuficiente» que Blanco vaya a emprender acciones legales contra Dorribo. Según Ayala, Blanco debería dar un paso más, porque está «descalificado» para continuar ejerciendo como portavoz gubernamental. También el secretario nacional de comunicación del PP, Carlos Floriano, exigió su dimisión ya que «resulta inaudito que un ministro de España se reúna a escondidas, en una gasolinera perdida de España, con un empresario acusado de corrupción».

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