El primer pitillo, a los once años

Entre los 10 y los 11 años. Ésa es la edad a la que empiezan a fumar los jóvenes lucenses según la encuesta realizada por el Servizo Municipal de Prevención das Drogodependencias en los centros educativos de la ciudad.

El dato lo aportó el lunes, 31 de mayo, Día Mundial contra el Tabaco, la concejala de bienestar social, Carmen Basadre, en un acto conjunto con la Asociación Española Contra el Cáncer, que pidió una ley antitabaco «más tajante y dura».

Según la encuesta realizada por el Concello, la mitad de los alumnos de Secundaria (de 12 a 16 años) probaron el tabaco alguna vez y el consumo de las chicas es igual o superior al de los chicos.

La investigación revela, sin embargo, un dato que invita al optimismo, ya que en dos años el porcentaje de chicos de 12 a 18 años que fuman a diario se redujo del 25,7 al 25,2%, y en el caso de las chicas, del 29 al 21%. El descenso todavía no es muy grande, sobre todo en el caso de los varones, «pero ten a súa importancia porque se trata de rapaces moi novos», indicó Basadre. Además, en el caso de las mujeres, no sólo se trata de evitar daños en su salud, sino en la de sus futuros hijos, apuntó.

Para informar y sensibilizar sobre los efectos nocivos del tabaco, el Concello sacó a la calle un grupo de zancudos que daban información a los viandantes y cambiaban piruletas por cigarrillos.

Junto a Basadre comparecieron la presidenta de la delegación lucense de la Asociación Española contra el Cáncer, María Concepción de Martínez, y el presidente de su comité técnico, el jefe de Hematología del hospital Xeral, Miguel González.

Para ambos es imprescindible una reforma de la ley antitabaco para prohibir su consumo en cualquier espacio público cerrado porque en torno al 20% de las personas afectadas por tabaquismo son fumadoras pasivas «y requieren una defensa pública», afirmó González.

El hematólogo hizo también hincapié en el sexo femenino, ya que cada vez hay más mujeres con enfermedades derivadas del tabaco y, como consecuencia de éste, están aumentando los fetos prematuros y con bajo peso.

Ante esta situación, es necesaria una ley «más tajante y dura, menos permisiva», para que todos los lugares de ocio estén libres de humo. Esta medida deber ir unida a una mayor presión fiscal sobre el tabaco —«España es el estanco de Europa», recordó— y a programas públicos de deshabituación.

El Colegio de Médicos, por su parte, acogió un acto sobre el tabaquismo a cargo de la médico Andrea Gallego.

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