El perro del Mera fue puesto en cuarentena, tras morder a varias personas en ese paraje natural, en una casa deshabitada de Orbazai y no todos los vecinos están tranquilos con la presencia del animal.
El perro permanece atado con una correa a la verja de una ventana, en una finca cerrada por un muro. Sin embargo, hay vecinos que temen que el animal pueda soltarse y acabar atacando a alguno de los niños del vecindario.
«Aquí hay tres niños, uno de seis años, otro de cinco y otro de tres y el perro es más alto que alguno de ellos», decía ayer una vecina, que aseguraba que hay quien teme dejar solos a los niños jugando en los jardines.