El Obispado está valorando la posibilidad de contratar a una empresa de seguridad privada para vigilar la catedral mientras se llevan a cabo las obras de restauración. Las medidas de seguridad ya se reforzaron después de que hace unos días se produjera un intento de robo de robo en el museo de la basílica, al que los intrusos accedieron aprovechando los andamios instalados para las obras. Ahora se valora incluso poner cámaras en zonas que ahora no tienen esa medida de seguridad.
El museo catedralicio tiene acceso a una de las torres que se encuentran en restauración y el ladrón o ladrones se colaron por esa zona, aunque finalmente no se perpetró ningún robo. El director del museo descubrió el allanamiento tras detectar que su despacho había sido revuelto.
El delegado de patrimonio del Obispado de Lugo, César Carnero, reiteró ayer en declaraciones a Efe la idea de contratar a una empresa de seguridad y consideró importante el hecho de que se localizó la zona por la que intentaron entrar los intrusos y, por tanto, se pudieron adoptar medidas para reforzar la seguridad de forma inmediata.
La vigilancia en el entorno de la catedral ya se había reforzado por parte de las fuerzas de seguridad tras el robo del Códice Calixtino en Santiago. Además, la presencia de los Adoradores Nocturnos por la noche en la catedral es otro elemento añadido para la seguridad del templo, ya que en algunas ocasiones ya han abortado intentos de robo perpetrados por la noche en la creencia de que a esas horas no hay personas en la catedral.
Carnero reiteró a Efe el hecho de que no falta del museo ninguna de las piezas de valor histórico. El museo custodia elementos como el crismón de Quiroga.
