El Laboratorio de Radón informa de la necesidad de medir en áreas laborales

Uno de los respiraderos para rebajar la concentración de radón. J. Vázquez
photo_camera Uno de los respiraderos para rebajar la concentración de radón. J. Vázquez

El Laboratorio de Radón de la Universidad de Santiago, que dirige el profesor de Medicina Preventiva Juan Miguel Barros, ha iniciado una campaña para informar a diversos colectivos de la necesidad y obligatoriedad de medir el riesgo de exposición al radón en centros laborales. Los responsables del laboratorio han decidido dirigirse a colectivos empresariales, sindicatos, administraciones y asociaciones de padres de alumnos para darles a conocer los criterios que marca la instrucción IS-33 del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y, de este modo, concienciarlos sobre la necesidad de controlar un riesgo potencial para la salud.

El Laboratorio de Radón señala que la Instrucción IS-33 indica la obligatoriedad de que los titulares de centros laborales públicos o privados midan la concentración de radón interior a que están expuestos los trabajadores en áreas geográficas consideradas de riesgo o en los puestos en los que se espera que haya una elevada concentración, como minería o trabajos desempeñados en cuevas o subterráneos. Por otra parte, señala que se considera área de riesgo aquella donde el 10% de las viviendas o más está por encima de los 200 bequerelios (unidad de medida de radioactividad) por metro cúbico. En esta franja se encuentran, según las mediciones realizadas por el laboratorio de la USC, el 53% de los municipios gallegos.

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