El juego del gato y el ratón

Estamos en la precampaña de unas elecciones generales. Las encuestas y sondeos de opinión dan como claro favorito para la victoria al Partido Popular. Algunos ya hacen cábalas sobre un hipotético reparto de ministerios entre los hombres y mujeres de Mariano. No falta incluso quien afirma, en conversaciones de bar, que un lucense bregado en el Congreso cargará con la cartera de Pesca, o quizás con la de Agricultura. Entretanto, algunos líderes de la gaviota, e incluso el propio Rajoy, avisan de que hasta el rabo todo es toro. El único voto que vale es el que entra en la urna y los socialistas no están dispuestos a bajarse los pantalones para quedarse alegremente con el culo al aire. Decía Arsenio que hay que tener «mucho cuidado con la fiesta», porque cuando te descuidas «te la quitan de los fuciños». Sabía de lo que hablaba, el muy zorro.

De repente, a poco más de 20 días para los comicios, parece que Lugo se ha convertido en el epicentro de la estrategia geopolítica de ambos partidos. Hoy aterriza en la ciudad el líder de los populares y el lunes llega Zapatero. Entretanto, José Blanco ha instalado su campamento base en tierras lucenses y se apresta para acaudillar a sus huestes en la batalla. Se juegan un diputado, pero también la honrilla. Se trata de ganar en casa o de derrotar al eterno rival en su feudo. El asunto tiene su morbo.

Para acojonar al contrincante, unos y otros se hinchan como pavos. Blanco desafía a las encuestas y dice que está dispuesto a cosechar «el mejor resultado del Partido Socialista en unas elecciones generales en Lugo». Mientras, los populares le dicen que se vaya despidiendo del segundo diputado por esta provincia, porque van a barrerlo del mapa el 20-N.

Entretanto, la tropa local se dedica a jugar al gato y al ratón. Los socialistas llevaron esta semana al pleno de la Diputación una iniciativa para instar a la Xunta de Galicia a concertar plazas en la todavía inexistente red de residencias de la tercera edad, pero los populares se pusieron el vestido de novia despechada.

El portavoz del PSOE mostró las cartas enviadas por Besteiro para pedir una cita con Feijóo y acusó al presidente autonómico de pasar olímpicamente de Lugo y de los mayores. «Te diré», contestó Barreiro, quien recordó que el PP quiso formar una comisión con todas las administraciones -Xunta, Diputación y ayuntamientos- para «coordinar» ese proyecto, pero los socialistas se negaron entonces, porque estaban en la precampaña de las municipales y querían ‘vender’ el asunto en exclusiva.

Como si a los mayores que esperan plaza en una residencia les importasen un pimiento las rencillas de los políticos. Si no fuese por el debate entre ambos portavoces, el pleno hubiese parecido una partida de póquer. Iba de faroles. Nada pierde el que nada se juega, y menos si apuesta con el dinero de los demás.