«Caéuseme o mundo encima». José Luis Vázquez, que preside la cooperativa Penaval de Santa Cristina de San Román, resumía así lo que sintió cuando poco antes de las ocho de la mañana se encontró con que estaba ardiendo la nave en la que esta explotación láctea almacenaba el forraje para el ganado y la maquinaria agrícola.
Fueron pasto de las llamas seis vehículos (dos tractores agrícolas, una pala, dos sulfatadoras y el remolque de un camión) y más de 300 pacas de hierba seca, de unos 700 kilos de peso cada una. Pudieron salvar del fuego otro tractor, dos cisternas y un carro mezclador.
