El estrés afecta al 66% de profesores de la ciudad de Lugo

El estrés afecta al 66% de los docentes que ejercen en la capital lucense, según indica una investigación realizada por Óscar Díaz Queizán, licenciado en Pedagogía y director del Centro de Educación Infantil y Primaria de Riotorto.

Díaz Queizán señala que las conclusiones del estudio ponen "sobre o papel as cousas que todos intuimos", y que certifican un deterioro de las condiciones de la profesión docente. Los datos muestran que el 48% de los profesionales reconocen sufrir estrés cognitivo, cuyos síntomas son bloqueo intelectual, nerviosismo, irritabilidad o angustia. El 48% presenta manifestaciones conductuales; y el 47%, somáticas, como sensación de boca seca, sudor, rojeces, tensiones, dolores estomacales y alteración cardíaca.

En cuanto a la percepción de la salud general, se da la circunstancia de que "la población comprendida entre los 36 y 45 años declara tener una peor salud mientras que la población de esta muestra mayor de 45 años declara tenerla mejor". En el caso de las mujeres, existe un intervalo de edad entre los 36 y los 45 años en los cuales el 52% manifiesta tener peor salud.

Este apartado incluye también la salud mental. Los datos muestran que, sin hacer distinción de sexo, el 38% declara tener problemas en este campo —en el que se incluye la depresión o ansiedad—, especialmente en el intervalo de personas mayores de 45 años. Los hombres tienen peores índices.

El 70% de los encuestados señala que su trabajo precisa mucha concentración y un 48% , que requiere atención constante. El 45% piensa que su trabajo es desgastador emocionalmente. Además, el 68% opina "que tiene que realizar tareas que cree que se deberían hacer de otra manera".

Sin embargo, no todo son problemas. El 77%  se declara muy o bastante satisfecho con su trabajo y el 71%  considera que está bien pagado. El 92% se siente comprometido con su profesión, "lo que denota una gran vocación", dicen las conclusiones.

Condiciones
La investigación pretende identificar y medir los factores de riesgo psicosocial a los que están expuestos los docentes del sector público, y se realizó tomando muestras representativas en 12 de los 30 centros públicos que existen en la capital. Los datos se recogieron en la escuela infantil de Fingoi, los colegios de Infantil y Primaria Quiroga Ballesteros, Rosalía de Castro, Manuel Mallo, Sagrado Corazón y Luis Pimentel; los IES As Mercedes, Lucus Augusti y Xoán Montes; el centro de educación especial Santa María y el Conservatorio de música.

Óscar Díaz realizó la investigación en el marco de sus estudios de preparación al doctorado en el departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid, donde lo presentó y recibió una calificación de sobresaliente. Su intención es ampliar la investigación a toda Galicia para elaborar la tesis doctoral.

Díaz Queizán celebró una reunión con sindicatos de enseñanza pública para darles a conocer la investigación, que también ofreció a los centros educativos.

Óscar Díez Queizán: "O mestre moitas veces séntese cuestionado"
"Non hai recetas nin solucións máxicas" para mejorar la educación y la labor docente, considera Óscar Díaz. Sin embargo,sí considera que  hay medidas que pueden ayudar y que dependen de la Administración, pero también de la sociedad. Se precisa con urgencia "un pacto educativo" a nivel político y "un maior recoñecemento para os docentes, sentirse valorados e ter máis autoridade, pero tenlla que dar a sociedade, non un papel", señala. De lo contrario, el profesor "moitas veces vese cuestionado", indica el investigador.

Díaz Queizán aboga por una mayor profesionalización de la profesión, que pasa por ofrecerle a los docentes  formación en ámbitos como "a intelixencia emocional, o manexo de conflitos, prevención de riscos laborais de ámbito psicosocial e habilidades sociais".

También es necesario "establecer novos regulamentos orgánicos que conteñan protocolos específicos para situacións concretas, por exemplo, de acoso, de comedor, de emerxencias". El que existe actualmente es del 98, apunta, y en muchas cosas ha perdido vigencia. Lo mismo sucede con la función pública docente, que carece de un estatuto actualizado: "o que hai é do 1948 e está abolido".

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