El día en que muere en Lugo el barojiano Shanti Andía

La película. ep
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EL 27 DE marzo de 1968, sin que todavía hoy se sepan las causas que lo originan, se extiende por todo Lugo el rumor de que ha fallecido en la ciudad la persona que inspira a Pío Baroja el personaje central de su novela ‘Las inquietudes de Shanti Andía’. El rumor es tan fuerte e insistente en la veracidad de la noticia que varios medios nacionales, periódicos andaluces, castellanos y catalanes, se hacen eco de su muerte al día siguiente. El Progreso, sin embargo, nada dice al respecto.

Lo que sí publica el periódico de Lugo es una esquela de Santiago González Fernández, alias El Cestero, alias Santiaguín, sin familia, vecino del edificio número uno de la calle Onésimo Redondo, que ha fallecido el día anterior y por quien los vecinos y amigos piden una oración.

Además y al contrario de lo que fuera se difunde, la noticia para El Progreso es que Santiago, de 76 años y natural de Santander, fue hallado en su domicilio en estado preagónico tras la alarma dada por la sastrería Moisés de la calle García Abad. En el Hospital Provincial se le diagnostica una hemiplejia y fallece poco después.

Santiago vive solo, era viudo y se ganaba unas perras vendiendo botellas vacías. A la vista de la repercusión de su muerte, El Progreso se ve en la obligación de precisar en su edición del día 28 que Santiago González no podía ser inspirador del personaje por razones cronológicas. Cómo nace el bulo y por qué alcanza tamaña repercusión en la prensa parece una última broma planificada por el propio Pío Baroja.

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