Hay cosas que no se aprenden. Solo se intuyen. Xabi, un niño que hoy cumplirá su primer año de vida, sabe mucho de esto, pese a que nadie se lo enseñó. Este pequeño, al que le falta muy poco para comenzar ya a andar, sabe adaptarse a la circunstancia vital en la que se vio envuelta su madre, María Fernández, que, a raíz de un accidente de tráfico, se quedó para siempre atada a una silla de ruedas.
Ella saltó la barrera de superar un embarazo y un parto y enseñarle a andar a su hijo desde su silla de ruedas. Xabi se adapta, por mero instinto de supervivencia, a su madre y, por ejemplo, cuando quiere que lo coja en el regazo se sube al peldaño de su silla para que María pueda sujetar a su hijo con más facilidad.
