El coro de Moure, considerado por algunos especialistas como la mejor sillería del siglo XVII que se conserva en España, no aguanta más, así que el obispado ha decidido cerrarlo con el fin de intentar preservar sus valores artísticos para la posteridad.
La decisión está tomada y pasará por "restringir el uso y el acceso a la parte alta", según confirmó el jueves 4 de marzo el obispado después de que trascendiera que se van a colocar ya carteles avisando de que esos asientos nobles situados frente a la capilla mayor de la catedral no pueden ocuparse.
La restricción afectaría, en principio, a la parte alta, del entramado, que cuenta con 27 puestos en el nivel bajo y 37 en el nivel alto. El cierre no será radical y "si fuese necesario, en alguna ocasión se podrá utilizar", explicó el obispado, que confirmó que la restauración del coro de Moure es uno de los objetivos prioritarios del obispado, si bien la reparación no tiene todavía fecha ni presupuesto aprobado.
El coro, de gran valor artístico, está afectado por la carcoma y la polilla, cuyos devastadores efectos son visibles en algunos puntos. Además, el desgaste de tantos siglos de uso también se dejan notar, sobre todo en las zonas bajas y en los laterales.
El coro no sólo tiene gran valor en sí mismo, sino que además es un elemento distintivo de la basílica, ya que la lucense es la única catedral gallega que todavía conserva el coro en la nave central.
La recuperación del coro está incluida en el plan director de la catedral —que contempla la necesidad de invertir en torno a seis millones de euros— aunque no es la primera obra que está previsto ejecutar.
Así, dentro del programa de actuaciones diseñado, la primera intervención iría dirigida a la recuperación de la capilla mayor. Con todo, se había marcado el reto de iniciar a lo largo de 2010 el proceso para recuperar tanto la capilla como el coro y a la torre oeste.
Uso habitual
El coro, hasta ahora, venía siendo utilizado de forma habitual por los fieles que acuden a los ritos que se celebran en la catedral. Además, es el lugar que cupan las autoridades civiles en las grandes celebraciones que se ofician en la catedral lucense con representación del poder político, como la ofrenda del Antiguo Reino de Galicia.
