A estas alturas todavía tempranas de la investigación, parece que solo una cosa puede evitar que Félix Vidal Anido, el violador del estilete, permanezca en prisión provisional: el testimonio del conductor del autobús en el que él asegura que estaba viajando de regreso a Meira en el momento en el que se estaba produciendo el intento de agresión sexual del que le acusan. Si este conductor, o alguno de los pasajeros de ese viaje si pueden ser localizados, sitúa al sospechoso en el autobús, los billetes de ida y vuelta a Meira podrán pesar más que las sospechas; si no, todo apunta a que seguirá en la prisión de Bonxe todo lo que la ley dé de sí.
El violador del ascensor fue enviado el sábado a la cárcel lucense sin fianza por la jueza de guardia, Hortensia Bouso. Atendió así la petición de la Fiscalía, que encontró suficientes las pruebas presentadas contra él por la Policía como supuesto autor de un intento de agresión sexual contra una mujer de unos 60 años en la zona de Augas Férreas. Su hijo, que estaba en casa, impidió que se consumase el asalto y puso al agresor en fuga. Posteriormente, en comisaría, identificaron a Vidal Anido en las fotos que les mostraron los agentes como el autor.
Pedirá la libertad por ausencia de pruebas
El abogado de oficio de Félix Vidal Anido, Marcos Candal, avanzó ayer a este diario que presentará de inmediato un recurso contra la orden de ingreso en prisión provisional y sin fianza. En su opinión, no existen pruebas suficientemente sólidas como para desvirtuar la presunción de inocencia de su defendido, que cuenta con la coartada de su viajes en autobús. Por ello, espera que entre las diligencias que debe ordenar la jueza se encuentre la de localizar al conductor y pasajeros del bus.
