El Concello pide más caudal para la vieja fábrica de la luz y dragar el canal

El Concello de Lugo ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Miño Sil un incremento de caudal para la producción de electricidad en la vieja fábrica de la luz, así como el dragado del canal que conduce el agua hasta las instalaciones. Es la enésima gestión realizada por el equipo de José López Orozco para poner en valor la antigua fábrica, pero el grupo municipal del PP tiene sus dudas sobre la conveniencia de esta actuación y, sobre todo, sobre la forma en que se ha tramitado.

La Dirección Xeral da Conservación da Natureza de la Xunta solicitó un informe de impacto ambiental, un documento que fue expuesto al público en agosto, mes de vacaciones para muchos ciudadanos y colectivos, afirmó el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Jaime Castiñeira, que acusó al gobierno local de intentar ocultar el proyecto.

Los populares cuestionan, además, la idoneidad de las actuaciones solicitadas, ya que aumentar la captación de agua de 7.000 a 18.000 litros por segundo podría afectar al caneiro del Club Fluvial y a la zona pública de baño que está previsto habilitar en las inmediaciones, apuntan. «Non hai ningún informe técnico que avale a repercusión desta decisión. Pretenden case triplicar a auga que van tomar do río e anúnciano en pleno mes de agosto», denuncia Castiñeira, que se desplazó a la vieja fábrica con los concejales Isabel Devesa y Ángel Trabada.

Los ediles pusieron de manifiesto también el estado de «semiabandono» de las instalaciones. Castiñeira recordó que el último gobierno popular (1995-1999) dejó la fábrica rehabilitada, a través de una escuela taller. Once años después sigue sin uso y con signos de abandono, señalan.

El Concello adjudicó la explotación y puesta en valor de las instalaciones a la empresa asturiana Inca en abril de 2008. La empresa debe invertir 1,7 millones de euros en la recupareación de la maquinaria de producción de energía y en un proyecto de musealizaciónque incluye la exposición de las dos viejas turbinas. A cambio, la firma podrá explotar la fábrica durante 38 años, aunque deberá costear su mantenimiento y pagar un canon al Concello de 5.468 euros al año.

Sin embargo, para que la explotación sea rentable, se necesita aumentar el caudal, un trámite que deberá ser autorizado por la Xunta y por el Ministerio de Medio Ambiente.

Una vez cerrado el plazo de exposición al público del documento y recepción de alegaciones -finalizó el 30 de agosto-, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil remitirá toda la información a la Dirección de Calidad e Impacto Ambiental del ministerio, que es quien emite la declaración de impacto ambiental. Si es positiva, el proceso vuelve a la Confederación, para que esta conceda el incremento de caudal, según explicó ayer su gabinete de comunicación.

Desde el momento en que tenga todos los permisos, la empresa dispondrá de dos años para poner en funcionamiento las instalaciones.

El PP recordó ayer que el Concello adjudicó la gestión a Inca con los votos en contra de su grupo y también del BNG, ahora socio de gobierno del PSOE, y un informe en contra de los servicios electromecánicos municipales.