El cierre de las cuentas de 2013, aun partiendo de los mismos datos, fue interpretado de manera radicalmente opuesta por parte del gobierno local y del PP. La concejala de economía, Sonia Méndez, destacó que el Ayuntamiento acabó el ejercicio con un superávit de 7 millones de euros, tras aumentar el gasto por habitante un 5%, llegando a los 832 euros, y bajar el esfuerzo fiscal que se le requirió a los lucenses un 1,4%. «Esto quere dicir que o Concello invirte nos veciños máis do que eles teñen que tributar que somos quen de aumentar o gasto en políticas sociais e de prestar todos os servizos sen ningún recorte,», señaló.
«O truco para que nos cadren as contas é que os veciños non pagan máis impostos pero compensámolo buscando máis aportacións de fondos europeos e xenerando aforros e superávit todos os anos», explicó.
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