El buen tiempo bendijo uno de los Domingos de Ramos más multitudinarios en la capital

Distintos momentos de la bendición de ramos, las procesiones de La Borriquita y La Dolorosa y el besapiés del Nazareno en la catedral. pepe álvez
photo_camera Distintos momentos de la bendición de ramos, las procesiones de La Borriquita y La Dolorosa y el besapiés del Nazareno en la catedral. pepe álvez

El tópico del recinto que se queda pequeño se hizo ayer realidad en la Praza de Santa María, absolutamente insuficiente para dar cabida a los miles de lucenses que se acercaron para participar en la tradicional bendición de ramos que da el pistoletazo de salida a la Semana Santa. El sol que lució durante todo el día se alió con el fervor religioso para completar uno de los Domingos de Ramos más multitudinarios que ha vivido la capital lucense en los últimos años. El siempre esperado desfile de los niños participantes en la procesión de La Borriquita hizo el resto.

Ya por la tarde, aunque con menos presencia de fieles, los cofrades de la Virgen de los Dolores pusieron la guinda perfecta con su vistosa escenografía de capirotes y mantillas.

El obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, encabezaba la procesión de La Borriquita, organizada un año más por Rosa Lourido y convertida en el gran referente del inicio de la Semana Santa lucense. Las decenas de niños vestidos de romanos y de hebreos que participan en el desfile hicieron en esta ocasión el recorrido, tanto de ida como de vuelta, escoltados por centenares de ciudadanos que, al contrario que en otras ocasiones recientes, no se conformaron con verlos pasar, sino que acompañaron el paso en todo momento.

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