El BNG de Lugo cree que la ordenanza no es ''de civismo'', sino ''de represión''

Después de analizar el borrador que le entregó el gobierno local a distintos colectivos de la ciudad, el grupo municipal del BNG afirmó que la ordenanza "de civismo" que pretende aprobar el alcalde, el socialista José López Orozco, es más una norma de "represión ciudadana" y un "instrumento para poner multas" que un documento que realmente fomente la convivencia en los espacios públicos de la ciudad.

De hecho, el concejal nacionalista José Chorén dijo este miércoles que la propuesta planteada por el gobierno local entra en contradicción "en muchos aspectos" con el Código Penal e incluso "restringe la libertad de reunión", un derecho "perfectamente regulado por normas superiores".

El edil frentista compara el borrador elaborado por el Gobierno local "con la Lei Fraga de 1976, cuando era ministro de la Gobernación y pronunció la célebre frase: la calle es mía". A su juicio, este documento no incide en aspectos "educativos y sociales", porque contempla que las multas sean sustituidas, en el caso de los menores, por trabajos a favor de la comunidad.

Chorén opina que "la simple prohibición tampoco solucionará el problema del botellón", por lo que propone que sea "regulado", al igual que en otras ciudades gallegas como "Pontevedra, Santiago de Compostela o A Coruña".

Por otra parte, el BNG pide la creación de "un foro cívico" en el que participen "todas las partes implicadas" —jóvenes, asociaciones de vecinos, hosteleros, grupos políticos y administraciones públicas— para elaborar una nueva norma "partiendo de cero".

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