El asesino de Maruchi ya es libre, con tres años de alejamiento

José María Real, ayer a la salida de la cárcel de Herrera de la Mancha. (Foto: Elisa Laderas/Efe)
photo_camera José María Real, ayer a la salida de la cárcel de Herrera de la Mancha. (Foto: Elisa Laderas/Efe)

José María Real López, el violador y asesino de Maruchi Rivas, ya está en la calle. La Audiencia Provincial ordenó ayer su puesta en libertad, tras 21 años en prisión, en aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que anuló la doctrina Parot. La Audiencia también decretó la libertad, por la misma razón, de Félix Vidal Anido, conocido como el violador del estilete, pero este no podrá salir de prisión de momento porque tiene varias causas pendientes. Las causas que le retendrán en prisión no se hicieron públicas ayer, de modo que no se sabe cuánto tiempo seguirá en la cárcel.

Real ya está libre, pero durante tres años no podrá acercarse a Vilalba, lugar donde reside la familia de Maruchi y donde cometió el crimen. El tiempo que debe permanecer alejado era una de las cuestiones que estaba por dirimir. La condena fijaba un alejamiento de seis años, pero no estaba claro si contaban a partir de la salida efectiva a la calle o desde el 29 de diciembre de 2010, fecha en la que legalmente tendría que haber quedado libre, si no se le hubiera aplicado la doctrina Parot.

EN LA CALLE. Real lleva pulsera electrónica

  • Salvo la prohibición de acercarse durante tres años a Lugo y Vilalba, para lo que salió con una pulsera electrónica, Real no tendrá ninguna otra limitación de movimientos ni medida de control, como tampoco la tendrá Anido cuando quede en libertad. La razón es que el Código Penal por el que fueron condenados no incluía medidas al respecto, con las que sí se cuenta ahora.
ISABEL LÓPEZ, madre de Maruchi Rivas
«Pensaba pasar o Nadal tranquila, pero destrozoumo, perdín a fe en todo»

La vilalbesa Isabel López, madre de la niña Maruchi Rivas, mostró ayer su impotencia y resignación ante la resolución de la Audiencia Provincial en la que se dictaba la libertad de José María Real, el violador y asesino de su hija. «Xa non tiña esperanza ningunha de que finalmente non saíra, pero para min é un mazazo e paréceme algo incrible», afirmó. 

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