El ‘scrapbooking’ es un hobby que cuenta con más adeptos cada día, también en Lugo. Pese a todo, la afición por decorar álbumes de fotos sigue siendo minoritaria y muchos no saben que suele ir más allá, intentando crear cuadernos de recuerdos en los que tienen cabida todos los objetos que significan algo importante para quien los reúne, los que se solían guardar en una caja.
Hasta ahora, esto era algo habitual entre gente que se iba una temporada al extranjero, que realizaba un viaje, tras una boda o que simplemente vivía un momento de su vida que quería recordar para siempre. Pero ya no se centra solamente en eso, el ‘scrapbooking’ ha ido evolucionando y ahora también se utiliza este procedimiento en cuadros y tarjetas.
Un ejemplo de la buena acogida que está teniendo este ‘hobby’ es el caso de las tres jóvenes emprendedoras que hace nueve meses, con toda su ilusión y sus ganas, decidieron juntarse y montar un taller en la ciudad de Lugo en el que enseñan técnicas de ‘scrapbooking’, ‘washi tape’ y repostería creativa, situado en el número 6 de Ramiro Rueda.
Todas estas actividades las preparan en sus ratos libres, después del trabajo. Cada una de ellas tiene una profesión completamente diferente. Una es ingeniero agrónomo, otra educadora social y otra ama de casa, pero han decidido organizarse para compartir con los demás lo que las une: su afición por las manualidades, despertando en más de uno el gusanillo de personalizar cualquier objeto que se le ocurra.
Esta iniciativa no termina aquí, porque estas tres aficionadas a las manualidades se han atrevido con internet y tienen su propio blog ‘Cintastijerasyazúcar’, nombre que hace referencia a las actividades que se realizan en el taller.
En otras ciudades esta técnica está más extendida que en Lugo. De hecho, según Raquel Cerezo, que es la encargada del ‘scrapbooking’, cuando ellas comenzaron hace nueve meses no había talleres donde aprender a hacer estas cosas ni tampoco tiendas donde comprar el material. Aunque desde entonces, y en vista de la buena acogida que está teniendo entre los lucenses, empieza a haber más competencia y algunas librerías en Lugo ofrecen talleres de este tipo, aunque de una manera diferente, como negocio.
Esta práctica «está dirigida a gente de todas las edades y cada vez lo descubren más personas por medio del boca a boca», indica.
«Principalmente vienen madres jóvenes para desconectar un rato y relajarse, aunque ahora también están empezando a venir chicas adolescentes y se lo pasan genial» explica.
Jóvenes y adultos, es indiferente, todos los que se apuntan a estos talleres repiten, porque es un momento que les sirve para desconectar de la rutina y desestresarse, según señala Raquel.
MATERIALES. Para hacer piezas de ‘scrapbooking se utilizan un montón de cosas diferentes. Sirve todo lo que se le ocurra al interesado, el único límite es la imaginación. Desde cinta adhesiva con dibujos, plumas, papeles de colores, cartulinas y tinta hasta tela, cordeles, botones y máquinas para crear dibujos en relieve.
Evidentemente, todos los utensilios que se utilizan para esta técnica no son iguales. Algunos de los materiales que se utilizan para el ‘scrapbooking’ son muy caros, como la máquina de troquelar. «Cuando te aficionas a esto, a veces, incluso prefieres comprar material nuevo para las manualidades antes que gastar el dinero en ropa, maquillaje o cualquier otro capricho», apunta Raquel.
A pesar de lo popular que se está volviendo esta técnica, las tres emprendedoras aseguran que «la gente todavía no lo valora como se merece y cuando compran algo realizado manualmente les parece caro, porque no son conscientes del tiempo que lleva obtener la idea y después elaborarla. A esto hay que dedicarle muchas horas».
Admiten que el ‘scrapbooking’ se está poniendo de moda poco a poco en España y aclaran que «Estados Unidos se encuentra a años luz en esta materia, tanto en los métodos y en las máquinas que se utilizan como en el material».
El ‘scrapbooking’ es una práctica dirigida a gente de todas las edades, cuya afición se extiende en Lugo gracias al boca a boca
Las tres jóvenes admiten que hay quien no valora estos objetos al no tener en cuenta que son enteramente artesanales
Orígenes en la época victoriana
Esta técnica tiene su origen en la época victoriana. Más tarde continuó con los primeros colonos americanos, que al emigrar guardaban objetos con los que recordar a sus familiares y amigos al otro lado del Atlántico.
Evolucionó, y a finales de los 80 se puso de moda entre los aficionados de las manualidades, con todo tipo de materiales: cintas, botones, papeles de colores y flores prensadas. Así llegó a convertirse en el tercer hobby más común en Estados Unidos.
