Fabregas ha coordinado un equipo científico que estudia la prehistoria en la provincia de Lugo. El catedrático presentó ayer en el Vicerrectorado un avance de esas investigaciones, compiladas en el libro ‘A prehistoria de Lugo á luz das descobertas recentes’.
El libro ‘A Prehistoria de Lugo á luz das descobertas recentes’ se presentó ayer en el Vicerrectorado de Lugo. Acudió el investigador Ramón Fábregas, catedrático de Prehistoria de la USC, que ha dirigido los equipos que en los últimos años han estudiado la prehistoria en Lugo, y María Dolores Dopico y Manuel Villanueva. profesores que han editado el libro y recogido las actas de las conferencias en las que se presentaron los resultados de las investigaciones arqueológicas más relevantes hechas en Lugo.
¿En qué momento se deciden a investigar posibles yacimientos prehistóricos en la provincia lucense?
Todo empezó hace seis años, a raíz del descubrimiento, por parte de un aficionado, de una serie de piezas en la zona de Monforte, que acertadamente identificó como pertenecientes al Paleolítico. Inmediatamente se puso en contacto con nosotros y, en colaboración con la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, hallamos más de cincuenta puntos con material del Paleolítico en la zona sur de la provincia. Ampliando las investigaciones, topamos con las cuevas de Valdevara (Becerreá) y Eirós (Triacastela), del Paleolítico Superior y Medio, claves en los descubrimientos posteriores.
¿Qué se encontraron en sus excavaciones?
Las dos cuevas en sí son un descubrimiento importantísimo, allí encontramos piezas de una antigüedad en torno a los cien mil años, elementos de decoración y herramientas de caza, e incluso los restos humanos más antiguos encontrados hasta ahora en Galicia, como es el caso de un diente perforado, posiblemente utilizado como colgante, el cual tuvo su origen veintiséis mil años atrás.
¿Son dichas cuevas los descubrimientos de mayor relevancia científica, ante todo el material encontrado?
En efecto, en el conjunto de Valdevara, tanto en la cueva como en los alrededores próximos a la cantera, se encontraron restos de una fauna impresionantes, cantidad de especies como leones o hienas que nos dan pistas sobre la alimentación de la época, así como diversos utensilios de labranza utilizados por los moradores de la cueva en aquel entonces. Aquí se encontraron los restos más antiguos hallados en la provincia, de finales del Paleolítico, los cuales reflejan claramente que se trataba de una sociedad cazadora. Resulta curioso que, en el mismo lugar, se encontraran vestigios humanos de épocas mucho más recientes, como es el caso de los restos de tres niños que fueron enterrados durante la Edad de Bronce, aproximadamente sobre el año 2000 a.C. En Eirós los hallazgos fueron muy variados, tanto del Paleolítico Superior como del Medio, tratándose sobre todo de herramientas de trabajo. Así que podemos decir que las dos cuevas constituyen los descubrimientos más relevantes, los que más nos pueden ayudar a esclarecer quiénes eran y como vivían los que allí habitaban.
Después de todas las investigaciones realizadas, ¿cómo definiría a la población prehistórica de la provincia?
Resulta muy complicado afirmar con exactitud cómo desarrollaban su vida cotidiana, ya que los restos humanos hallados de una época más próxima datan de mediados del IV milenio a.C. Sin embargo, sí podemos decir que se trataba de poblaciones sedentarias, con asentamientos fijos en un único lugar. A día de hoy, con fin de descubrir un poco más sobre la vida de aquellos hombres, estamos trabajando codo con codo con el equipo de Ángel Carracedo, científico y profesor de la USC, estudiando el ADN de los restos humanos encontrados para comprobar en qué medida se pueden relacionar con la población actual de Galicia.
¿Qué supone el descubrimiento de ambas cuevas para el estudio de la prehistoria?
Hasta ahora casi no había yacimientos paleolíticos en Galicia, y menos en el estado de conservación en que se encuentran estos. Además de ser un gran avance en la investigación, también colocan a Lugo como provincia de referencia en el estudio de la prehistoria peninsular.
Vemos que el trabajo ha dado sus frutos, ¿piensan continuar con las excavaciones en la zona?
Sí, aunque en Valdevara las excavaciones están bastante avanzadas y ya contamos con gran cantidad de material, seguiremos trabajando allí y en otras zonas de O Caurel y Os Ancares.
El libro que presentan ahora en Lugo, ‘A prehistoria de Lugo á luz das descobertas recentes’, recoge las investigaciones de distintos equipos de trabajo. ¿Qué opinión le merecen los yacimientos encontrados en otros puntos de la provincia?
Desde luego se trata de hallazgos que cambiaron la visión sobre el Paleolítico. Me parece muy acertada la portada del libro, un grabado de la Edad de Hierro encontrado en el Castro de Formigueiros (Samos), un yacimiento excavado por Gonzalo Meijide que, para mi, resulta de gran interés.
