Dueños de perros que lavan la acera

Excrementos de cans, nunha beirarrúa.
photo_camera Excrementos de cans, nunha beirarrúa.

los dueños de perros son probablemente los ciudadanos que más veces han protagonizado esta sección y que más quejas suscitan a lo largo del año a este periódico. Parece una tontería, pero encontrarse a diario excrementos de perros en el suelo que pisas molesta a quienes no tienen mascotas y a quienes las tienen y se preocupan de que no incomoden a los demás. Y a estos es a quien va dedicado el artículo de hoy. Todavía sigo sorprendida por la escena que vi hace una semanas en la Rúa das Hortas. Una mujer con un cachorro recogía el excremento del suelo y, a continuación, sacaba un botellín de agua del bolso y, con un pañuelo de papel, limpiaba la acera donde había defecado el animal. Seguro que semejante acción no le entusiasmó, pero hizo la vida más agradable a quienes pasamos por ese lugar después.

A veces son pequeños gestos, pero en otras ocasiones son más que eso. La solidaridad de los lucenses quedó demostrada esta Navidad con sus aportaciones al Banco de Alimentos y a otras organizaciones que ayudan a personas desfavorecidas. Toda donación, por pequeña que sea, es importante -el grano no hace granero pero ayuda al compañero-, pero hay contribuciones y contribuciones. Por esos días llamaba a este periódico una pensionista para saber cómo podía dirigirse al Banco de Alimentos. Quería entregar un par de sacos de patatas. No era excedente de la cosecha ni tenía fácil llegar a la nave que el Banco tiene en O Ceao. Iba a ir a un almacén de la ciudad a comprar las patatas y luego cogería un taxi para llevarlas al polígono. No le sobraban los cuartos, decía, pero creía que su obligación era echar una mano a quien estaba peor que ella, explicaba sin ningún ánimo de que su historia trascendiera.Por esas mismas fechas, otra persona con años de experiencia ayudando a los demás me contaba que, en su opinión, la gente feliz es aquella que no pierde de vista a quien tiene al lado.

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