La culpa de que Laboratorios Nupel no fuera viable es de la operación Campeón, que frustró los acuerdos para la refinanciación de la deuda; los responsables de los artificios contables de la empresa, el auditor y, en menor medida, el asesor fiscal, que aprovechaban la ignorancia de los socios en materia económica, y la entrada en quiebra y posterior liquidación y venta solo es achacable a los administradores concursales, que dejaron que desaparecieran 18 millones en medicamentos.
Esta es la versión que ofreció ayer Jorge Dorribo ante el tribunal que juzgaba su culpabilidad en la quiebra de Nupel, por la que se enfrenta a 12 años de inhabilitación para gestionar cualquier empresa o bien ajeno y al pago con sus bienes personales de toda la deuda acumulada, que se acerca a los 50 millones de euros.