Los militantes lucenses del BNG aprobaron que el frente en el que militan concurra a las elecciones europeas en una coalición de la que forman parte Esquerra Republicana de Cataluña, Aralar, Entesa por Mallorca, la Chunta Aragonesista, y algunos otros del mismo pelaje.
Es evidente que el Bloque puede coaligarse con quien estime más conveniente, faltaría más, a pesar de que quede en evidencia su incoherencia a cambio de pillar cacho. O intentarlo, al menos.
El BNG es parte integrante a la vez de esa entente cuyos fines no se sabe muy bien en qué consisten, llamada Galeusca, de la que forman parte partidos de derechas y claramente confesionales, caso PNV o Unió, con un frente como el gallego que defiende postulados de izquierda radical.
Era curioso ver cómo la militancia bloqueira calificaba de burgueses a los citados partidos mientras sus dirigentes acudían del ganchete a reuniones de postín. Digo era, pero mejor diría es, porque en realidad el BNG sigue en Galeusca pero sólo para la política nacional, española para que nadie se llame a error, pero para las europeas concurre con otra tropa. Derecha burguesa de día, izquierda proletaria de noche.
La cosa es curiosa, primero Unió se mosquea porque quiere el tercer puesto en la lista, lo que supondría relegar al Bloque al cuarto puesto, a la vez Esquerra ofreció a CiU una coalición catalana para concurrir a la cita electoral, posibilidad desechada por el partido de Mas.
Así las cosas, el BNG se encontraba en la tesitura de concurrir en solitario renunciando a toda posibilidad de mojar el 7 de junio, ir de cuartos en Galeusca, o aceptar el ofrecimiento hecho por Esquerra de concurrir de dos con ellos.
Supongo que alguna explicación habrán dado los dirigentes a sus militantes para que se produzcan las adhesiones inquebrantables que se están produciendo y, mientras esperamos a que la hagan pública, algunos seguiremos pensando que detrás de la decisión no hay razones ideológicas, lo que hay es el intento de conseguir un carguiño.
Y digo lo de carguiño a pesar de que eurodiputado es una de las mejores canonjías a las que puede aspirar un político en activo.
Ya puestos dan un paso más en la línea emprendida por el Bloque luego del haraquiri del quintanismo: más izquierda y más soberanismo.
Vamos, que se han echado al monte, y para eso nada mejor que hacerlo acompañados de gente que lo conoce bien como Esquerra. Para el PSOE una suerte, para el PP una desgracia. ¿Y el Bloque? Como Forrest Gump, empezó a correr sin saber a donde.
