Despilfarro

La crisis, para algunos, es equiparable al despilfarro. Así, mientras que la mayor parte de los lucenses nos quejamos de las dificultades, cada vez mayores, para llegar a final de mes; del achique de los sueldos día a día o que numerosas empresas van en barrena picada, el Ayuntamiento de Lugo, o su equipo de gobierno, ha seguido adelante con su propuesta, aprobada en pleno, de seguir multando por los rótulos del centro de la ciudad que incumplan el Pepri.

Es cierto que en cartelismo anunciador el casco histórico es ejemplo de la más variopinta forma de mensajería directa y de mal gusto, pero también lo es que el Pepri deberá ser revisado y, por lo tanto, la propuesta de la oposición de suspender las posibles sanciones hasta que esto se lleve a cabo no parece descabellada, habida cuenta del gasto que supondrá para muchos negocios que han visto mermados sus ingresos de forma considerable durante los últimos tiempos y que deberán enfrentarse ahora a nuevos gastos cambiando la rotulación.

No hay ética sin estética, dijo en su día el profesor Tierno Galván al solidarizarse con su colega Agustín García Calvo, y ambos dejaron sus cátedras vacías. Desde luego, la ética ya hace tiempo que desapareció de la política española y la estética, desde los pelotazos del ladrillo, comenzaba a tambalearse pero ahora es la debacle y con la nueva medida llega el despilfarro a cuenta de lo ajeno.

Los rótulos son el primer paso pero la normativa quiere que todas las puertas y marcos de escaparates sean de color blanco, en un conjunto como es el histórico, con el granito como protagonista y la madera como material noble complementario; las sillas de las terrazas han de ser de madera, igualitas y de las más caras y así, en esta línea vamos.

Es la ordinariez de la unificación para crear una estética falsa y poco acorde con la ciudad en este teatrillo de provincias que es Lugo en donde a buen seguro Lauro Olmo, si viviese, o Fernando Arrabal, que aún respira, podrían ambientar una de sus obras del llamado teatro del absurdo.

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