Del andamio al quirófano

NO ES MALO echar la vista atrás para observar en perspectiva como ha ido evolucionando nuestra vida y la forma en la que el tiempo y las circunstancias personales nos han ido cambiando. Tampoco es necesario ponerse trascendental ni pedante. Basta con mirar una foto antigua para darnos cuenta de que los años no caen en balde. Supongo que no soy el único que se ruboriza al comprobar la facha que presentaba en la adolescencia. En mi caso, a los cuestionables gustos estéticos habría que añadir la ridícula pelusa que coloreaba mi cara entre la nariz y el labio superior. Un amago de bigotillo que lucía con orgullo y que inspiró las burlas de algún buen amigo e incluso un apodo nada efímero.

Un profesor me dijo una vez que el carácter se forma a edades muy tempranas. No lo pongo en duda. Aún así, los individuos, para bien o para mal, se van moldeando a raíz de su experiencia vital y de los conocimientos que van adquiriendo. Influye el talento y la perseverancia, pero también la necesidad. Las personas que pueden vivir de rentas son casos contados. Para la mayoría, manda tanto la obligación como la devoción.

Todos evolucionamos física e intelectualmente. Unos más que otros y, por supuesto, a distinto ritmo. En todo caso, parece que, en general, las personas son menos permeables a los cambios a medida que van cumpliendo años. Cómo olvidar el recelo que provocó la llegada de los teléfonos móviles entre los abuelos. Ahora, al recibir una llamada, a alguno le suena en el bolsillo de la chaqueta ‘Rabiosa’, de Shakira, o el ‘Si eu te pego’, de Michel Teló. Eso sí, por obra y gracia de algún nieto cabroncete.

El paro en la provincia de Lugo sigue subiendo. Terminado marzo, ya tenemos a casi 28.000 personas sin trabajo. Entre los desempleados, hay individuos que carecen de cualificación laboral, pero también hay profesionales con una alta capacitación para desarrollar su oficio, gracias a la formación adquirida y a muchos años de experiencia.

Hablamos de carpinteros, albañiles, abogados o periodistas, gente que es muy buena en lo suyo y, precisamente por eso, no sabe hacer otra cosa.

En los últimos días, he escuchado varias veces que una parte de esa mano de obra cualificada tendrá que reciclarse para buscar nuevas salidas en el mercado laboral. Puede que los más jóvenes tengan alguna oportunidad, pero qué pasa con el tipo que lleva dos o tres décadas poniendo ladrillos, haciendo cocinas o redactando noticias.

Las posibilidades se achican a empleos poco especializados y mal remunerados. Por desgracia, con unas clases de informática no es posible convertir a un albañil de cincuenta años en un programador de Apple. Tampoco basta un curso sobre primeros auxilios para transformar en neurocirujano a un juntaletras como este menda. Los milagros escasean tanto como los puestos de trabajo.

Limitar el acceso al registro municipal reduce la capacidad de oposición del PP

El PP se quejaba esta semana de que sólo se le permita acceder al registro del Ayuntamiento de Lugo una hora a la semana, y con razón. Parece que en Pontevedra, donde también gobiernan socialistas y nacionalistas, la oposición tiene acceso ilimitado a esa información. Es lo deseable, que tenga todas las armas para fiscalizar la acción de gobierno. (Foto: PEPE ÁLVEZ)

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