De padres, coches y sociología

Ramón Ferreiro, el epicentro del lío (Foto: AEP)
photo_camera Ramón Ferreiro, el epicentro del lío (Foto: AEP)

Cada vez que veo coches mal aparcados a la salida o a la entrada de colegios me acuerdo de un profesor de sociología que cierto día nos explicó lo que denominaba la «teoría de la responsabilidad compartida». Según esta máxima, cuantas más personas adoptan una postura determinada, más se diluye la responsabilidad. Ponía como ejemplo una chica que gritaba en la noche, a la que nadie ayudaba porque todos los vecinos escuchaban sus quejas.

Tal cual ocurre con los estacionamientos. Llega el primer conductor, aparca mal, y a partir de ahí se monta el guirigay porque todos se ven con el derecho de colocar el vehículo a su antojo. Un ejemplo. Ramón Ferreiro, en el epicentro del trasiego escolar, poco antes de las nueve de la mañana. Una hilera de diez o doce coches ocupa un carril de circulación. No hablamos de aceras o de plazas para minusválido, que también, se trata de un carril donde hay dos. La imagen descontextualizada es aberrante, pero ahí está. Iguales situaciones o parecidas se reproducen a diario delante de los colegios de la capital, sobre todo de los del centro, y no hay que irse a Franciscanos y Maristas y a su tan cacareada zona peatonal que pudo haber sido y no fue.

Lo frustrante es que no hay otra solución que evitar las horas punta. Cualquier conductor lucense sabe que va a ser difícil transitar por ciertos lugares a las horas ‘escolares’ y las evitan. En el atasco caen inevitablemente los autobuses, tanto urbanos como escolares (esa es otra, que haya buses cuando en teoría todos los alumnos son de la zona) y no es la primera vez que algún turismo impide literalmente el paso y entonces el atasco se convierte en caos.

Tampoco está claro que una mayor presencia policial vaya a solucionar la situación. Por el momento a los agentes se les ve poco, pero casi nunca se les echa de menos, como si todos los padres disfrutasen de una impunidad consentida. Ya saben aquel chiste malévolo sobre quién fue primero, si el policía o el atasco.

Al cole de mis hijos hay un padre que va en bicicleta, con la cría en un asiento trasero, y lo miran raro. Tal vez es un visionario. O un sociólogo.

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