JOSÉ LUIS PETEIRO RODRÍGUEZ. Pasó de fabricar peldaños de granito a vender chicharrones, elaborados por su mujer, en un puesto del mercado. Renovarse o morir
josé luis se pasó más de la mitad de su vida en las obras. Mejor dicho, ya nació en ellas. Su padre fabricaba peldaños de granito en A Piringalla y él, con solo 14 años, aprendió este oficio, que heredó al jubilarse su progenitor. Parecía tener la vida arreglada, pero no fue así. De hecho, ahora, a sus 49 años, José Luis Peteiro se gana la vida vendiendo chorizos, jamón, quesos, chicharrones y carne fresca y salada de cerdo, en un puesto del mercado de Quiroga Ballesteros. «Levo un ano e sete meses aquí, nun sector que descoñecía por completo. Fun aprendendo o oficio e agora saco un soldiño. Foi algo así como ou arre ou xó!», explica este emprendedor. Este es el presente de José Luis, ataviado con su mandilón blanco tras el mostrador, cortando chuletas y filetes, deshuesando jamones o eligiendo el queso más curado a gusto del cliente.
Atrás, muy atrás queda la fábrica de peldaños de granito, que acabó cerrando ante la llegada del mármol portugués, material que requería una fuerte inversión en maquinaria. O el tiempo que estuvo trabajando, como empleado, en Mármoles Adrio, primero, y en Morbidel, donde incluso fue
