La Quinta Caseta, el local que fue abierto como pulpería por un conocido hostelero lucense en Fray Plácido Rey Lemos, la calle que baja desde la explanada del Parque donde se instalan las casetas del pulpo en San Froilán, seguirá cerrado de momento. La jueza que instruye la operación Carioca, Pilar de Lara, ha rechazado la intención de la empresa que mantiene el local registrado a su nombre de que se levantara el embargo que pesa sobre él, al considerar que tanto su venta privada como su reforma posterior se realizó con dinero negro procedente de la prostitución, en un intento de blanqueo de capitales.
Este establecimiento se abrió al principio como pulpería, con la intención de aprovechar el tirón de San Froilán. Sin embargo, posteriormente suspendió su actividad y, según figura en el sumario de la operación Carioca, fue comprado mediante un acuerdo privado por José Marcos Grandío Ascaríz, propietario del burdel Eros, y su pareja, Karen Lorena Fernández, ambos imputados en la investigación sobre los contactos de las redes de prostitución en Lugo con agentes de los cuerpos de seguridad.
