Cumpla uno y lleve cuatro

Marta Tallón, madre e hija, en la sala de juegos donde ayer celebraron el cumpleaños bisiesto. (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera Marta Tallón, madre e hija, en la sala de juegos donde ayer celebraron el cumpleaños bisiesto. (Foto: Xesús Ponte)

Marta Tallón González celebró ayer su segundo cumpleaños en tan solo ocho años. Tiene una explicación: nació un 29 de febrero. A su madre, Marta Tallón (como ella), no le hacía mucha gracia esa posibilidad, pero el parto se le adelantó veinte días.

«Lo pensaba, porque tenía contracciones y cada día veía que el parto podría estar más próximo. Sin embargo, a mí no me hacía gracia porque es una fecha que no sale en el calendario. Ahora, en cambio, me parece algo especial», cuenta la madre.

A Marta, la pequeña, le cantaron ayer el ‘Cumpleaños feliz’ en el cole, donde fue la protagonista. Sabe que el año bisiesto tiene algo que ver con unos minutos que se pierden por el camino y que cada cuatro años se juntan, pero todavía es muy joven para acordarse de esas explicaciones que los adultos damos a las cosas.

«A mí me hace ilusión porque hoy (por ayer) lo celebro con veinte niños más del colegio y es un día muy especial, que sale en el calendario», señala la niña.

Cada año, Marta busca en el almanaque el día de su cumple. Si no lo encuentra, le pregunta a su madre cuándo lo celebrará: si el 28 de febrero o el 1 de marzo.

«Nos quedamos, generalmente, con el 1 de marzo porque sería el día que sí cumpliría los años, el equivalente del 29 de febrero, es decir, el siguiente al 28. Además, el 1 de marzo cumple su madrina. La gente se acuerda un montón de su fecha de nacimiento y el día 29 nos llama todo el mundo. Es lo bueno que tiene esto, ¡que hace mucha más ilusión!», dice la madre.

Este año fue más especial que el anterior porque, por segunda vez, Marta pudo celebrar su cumpleaños justo el día en que nació. La primera vez, a los cuatro, desconocía lo que era un año bisiesto.

«Lo teníamos que celebrar el mismo día sí o sí, aunque coincidiese en día laborable y hubiese colegio. Nosotros no podemos perder esta oportunidad, que ocurre cada cuatro años. Por eso, le tenemos preparada una tarta muy especial, decorada con caballos, ya que a ella le encanta montar», explica la madre cuya segunda hija, por otra parte, nació también en una fecha señalada: el mismo día que vio a luz su padre, un 27 de octubre pero, en este caso, de hace cinco años.

En similar tesitura a la de Marta se verá Yaiza Fernández Trashorras, uno de los dos bebés que, al cierre de esta edición, habían nacido ayer en el Hula. Su madre, Esther, se puso de parto en la noche del martes e ingresó en el hospital a las doce y media de ayer, de forma que tenía claro que, sí o sí, su hija iba a nacer el 29 de febrero. «Empezamos a pensar que podría ocurrir cuando me dijeron la fecha en la que salía de cuentas: el día 25», explica.

Pese a todo, los cuatro días que faltaban hasta el elusivo 29 le hicieron albergar esperanzas de que ocurriera antes. Llegado el momento, confiesa que, en realidad, no le importaba. «La verdad es que ya me daba igual. Los últimos días ya estaba deseando que saliera porque estaba muy cansada. Desde el 21, que cambiaba la luna, tenía la esperanza de que llegara cuanto antes, pero se ve que va a ser especial para todo.», dice Esther acerca de su primogénita.

Ella y su marido, Miguel Ángel, tienen claro cuándo celebrarán el cumpleaños de la pequeña. «El 1 de marzo porque nació más cerca del 1 que del 28 y, claro, el 29 cuando sea bisiesto», apunta Miguel Ángel. El abuelo bromea con la alegría de la familia por «el ahorro de comprar un regalo de cumpleaños solo cada 4 años».

Más experiencia acumulada tiene Álex Rego Teijeiro, que ayer cumplió 16 y escuchó varias veces la broma «de que es como si tuviera cuatro años». «Es raro y original», decía el adolescente, pero sin darle más importancia a la efeméride.

Su madre, Mari Luz Teijeiro, reconocía que, a ella, cuando Álex llegó al mundo, le hizo ilusión «que fuera especial hasta para nacer».

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