Uno de los comercios más emblemáticos de Lugo, Cuchillería Aquilino, echará el cierre el próximo mes. La crisis y los nuevos usos han hecho que la actividad deje de ser competitiva y los propietarios ya han comenzado a liquidar mercancía.
«Los comercios nacen, viven y mueren», explicaba ayer por la tarde el encargado, José Luis Fernández, que junto a sus dos hermanos, que también trabajan en la tienda, forma parte de la tercera generación de propietarios.
Los fundadores fueron sus abuelos, Aquilino González Castro y Angelina Álvarez Colino, De procedencia castellana, él emigró a Cuba, donde aprendió el oficio de afilador. De vuelta en España, y tras pasar por varias cárceles a causa de sus ideales liberales, recaló en Lugo, se casó y abrió la cuchillería. Fue el 17 de mayo de 1937 en la Rúa San Pedro, donde permaneció siempre.
«Creo que en aquel momento no había ninguna otra cuchillería en la ciudad», apunta Fernández, que cuenta la historia de la tienda a trozos, entre cliente y cliente. Y es que el escaparate de Aquilino luce desde el lunes grandes carteles de liquidación por cierre y descuentos de hasta el 50%. «Está entrando mucha gente», reconoce el encargado. Unos en busca de gangas y otros para interesarse y lamentarse por el cierre.
Menos navajas
Los cambios en los usos fueron haciendo que la actividad resultara cada vez menos competitiva, a pesar de la progresiva diversificación, ya que desde hace años se podía encontrar mucho más que cuchillos. A estos se fueron sumando pequeños electrodomésticos y menaje. Pero aun así, las cosas ya no son lo que eran, asegura Fernández, y los efectos de la crisis les llevó a tomar una decisión que hace tiempo que venían barajando. «Los usos cambiaron enormemente. Para empezar, antes todo el mundo se afeitaba a navaja y todo el mundo llevaba este utensilio. Y la crisis nos influyó, como a todos, porque las ventas bajaron y los costes sociales subieron, ya que los empleados llevan muchos años. Llevábamos tiempo dándole vueltas y decidimos dar un paso adelante», explica Fernández, que reconoce que tienen algunos proyectos nuevos en mente pero rechaza hablar de ellos .
El comercio cuenta con dos empleados -además de los tres hermanos-. Lo más probable es que uno se jubile y otro pase a las listas del paro, explicó el encargado.
Aunque en la ciudad quedan más negocios de este tipo, Aquilino es una de la cuchillerías más conocidas tanto entre los vecinos de la capital como entre los llegados de otros puntos de la provincia. Su antigüedad y su céntrica ubicación la convirtieron en un comercio de referencia.
De bolsas de agua caliente a GPS para barcos
Cuchillería Aquilino es desde hace años un establecimiento de referencia tanto para profesionales (peluqueros, carniceros, pescaderos...) como para ciudadanos en general por la diversidad de sus artículos. «Si no lo tenemos, tratamos de encontrarlo», contaba hace un tiempo el encargado, que tiene despachado desde GPS para barcos hasta bolsas de agua caliente.
- Zapatería Goya. Cuchillería Aquilino no es el único comercio tradicional de Lugo que echa el cierre. La popular zapatería Goya empezó a liquidar en junio con el objetivo de clausurar.
