La capital lucense no anda, ni mucho menos, sobrada de turistas, pero quienes visiten la ciudad este año se encontrarán una situación cuando menos anormal. En plena temporada turística, cuatro de los ocho museos o salas expositivas de la capital están cerradas. Son el centro de San Roque, la sala Porta Miñá, el museo catedralicio o diocesano y la Domus do Mitreo. Y el MIHL, concebido -aunque de momento no logrado- como el gran museo de la ciudad, solo se puede visitar de cinco a nueve.
Los motivos son distintos, pero si uno de los problemas del turismo en Lugo siempre fue el poco tiempo que permanecen en la ciudad los visitantes, con la mitad de sus espacios expositivos cerrados, el problema se agranda.