El ministerio fiscal solicita penas de prisión para cuatro jóvenes acusados de atracar a una pandilla de chicos en el parque Rosalía de Castro de Lugo.
En concreto, la acusación pública pide sendas condenas de cuatro años de cárcel para Julio C.M., de 32 años, y Eduardo M.M., de 25, así como otras penas de dos años y nueve meses para Emilio M.M. y Ramón M.M, ambos de 23 años de edad. Este último se enfrenta además a otra condena de dos años de prisión por agredir a los agentes de Policía que lo procedieron a detenerle.
Según se recoge en el escrito de conclusiones provisionales del ministerio fiscal, los hechos tuvieron lugar el 7 de mayo de 2006, cuando los acusados acudieron al parque Rosalía de Castro y se acercaron a una pandilla de jóvenes que se encontraba en la zona.
En ese momento, uno de los acusados les pidió dinero, a lo que varios jóvenes accedieron de forma voluntaria. Sin embargo, "como quiera que no obtuvieron todo el dinero que esperaban", señala el fiscal, los imputados rodearon a los demás chicos y llegaron a propinarle a uno una bofetada.
Posteriormente, los acusados cogieron supuestamente una cartera del bolsillo de un joven y se apropiaron de quince euros. Además, según la versión del ministerio público, cogieron el bolso de una joven —que estaba apoyado en un banco— y se apoderaron de una cámara de fotos valorada en 110 euros.
Tras tener conocimiento de estos hechos, la Policía Nacional de Lugo estableció un dispositivo junto al poblado de O Carqueixo en la noche del 20 al 21 de junio de 2008, con la finalidad de interceptar y detener a los participantes en el atraco.
De este modo, sobre las 00.20 horas, los policías interceptaron y detuvieron a Ramón M.M., que se dirigió a los agentes con varias expresiones amenazantes.
Una vez en comisaría, mientras el instructor le informaba de sus derechos, el acusado le lanzó supuestamente un puñetazo hacia la cara, aunque el agente logró esquivarlo.
El juicio por estos hechos comenzó este lunes en el juzgado de lo Penal número 2 de la capital lucense, aunque finalmente quedó aplazado al no presentarse dos de los testigos que estaban llamados a declarar.
