Pese a llevar años trabajando, fue su intervención en el accidente de Angrois la que ha acabado por convertirlos en parte del paisaje humano de las emergencias. La llamada unidad de respuesta psicosocial realiza una tarea que el resto de servicios que actúan en situación de crisis, sanitarios o de emergencias, no acababa de cubrir: son los que acompañan a una persona que espera para saber el destino de su familiar, los que aconsejan cómo comunicarle una noticia, los que la reciben con él y le asisten en esos momentos en los que se aguarda lo peor y finalmente llega.
Su tarea no se limita a asistir a las víctimas, también lo hacen con los que intervienen en esa crisis: personal sanitario, bomberos, protección civil, policías... en el caso de Angrois, vecinos. «Por ejemplo, si médicos y enfermeros participan en un accidente de un autobús escolar, en el que hay que atender a muchos niños, esto también les puede afectar. Aunque sean personal sanitario y estén acostumbrados a tratar a gente enferma, una emergencia así es diferente», explica Manuel Veiga, coordinador de voluntariado de Cruz Roja Lugo e integrante de la unidad lucense.
