Con los 100 en bandeja

Rosita Lourido, posando para el fotógrafo a falta de dos semanas para los 100 años (Foto. Sebas Senande)
photo_camera Rosita Lourido, posando para el fotógrafo a falta de dos semanas para los 100 años (Foto. Sebas Senande)

CON UN PIE casi en los 100, Rosita Lourido Ferreiro todavía asiste todos los días, a la una, a la misa de la catedral. Es su ruta diaria: desde la rúa Castelao, donde vive, hasta la Praza de Santa María. Quinientos metros de caminata que, para ella, son una de las claves de su larga vida. Junto con La Borriquita, claro está. «¿Que cómo llegué a los 100 años? (Bueno, todavía no los cumplí. Será el 5 de mayo. Me quedan dos semanas..., ¡no vaya a ser!). Llegué a los 100 años trabajando por la Iglesia, por los pobres, por los enfermos, en la catequesis, en la formación de mujeres y en la cofradía de la Borriquita, que se fundó en 1943», explica.

Pocos hay en Lugo que no relacionen a Rosita con La Borriquita y viceversa. Ella, junto a su hermana Ofelia y el párroco de San Froilán, fueron las fundadoras de la cofradía. Y a ello se dedicaron toda su vida.

Rosita nació en La Habana, lo mismo que su hermana Ofelia, ya fallecida. A los 10 años, la familia retornó a Lugo, donde nació su otra hermana, Pepucha, que también vive. «Me levanto a las diez. ¡Madrugué mucho cuando tenía que ir a Hacienda, donde entraba a las ocho de la mañana! Hago una pequeña limpieza de mi habitación y leo el periódico. ¡No me va bien si no lo leo todos los días! Y a la una, voy a la catedral. Por la tarde, me dedico ya a otras cosas: a coser, a planchar...», cuenta.

Lo cierto es que, pese a su edad, Rosita se vale por sí misma y come de todo, menos verduras que, según ella, le sientan mal.

Fue funcionaria de Hacienda desde que entró, con 16 años, hasta la jubilación. Como sus dos hermanas, quedó soltera y no tiene ni hijos ni sobrinos. Sin embargo, no le faltan ahijados. Tiene cuatro. «Los quiero mucho y ellos me quieren a mí. Es como si fuesen de la familia», dice.

Rosita está muy ilusionada con su cumpleaños y también con el homenaje. Si se le pregunta por la celebración, dice que será «una fiesta pequeñita», con modestia, aunque lo que haya que festejar sea algo a lo que muy pocas personas llegan: los 100 años de vida.
 

En eso están dos personas que Rosita conoce muy bien: Carlos Real, vicepresidente de la cofradía de La Borriquita, e Isabel Lagares, hermana mayor de La Esperanza. El homenaje será en el restaurante Manuel Manuel el 22 de junio, a las dos. La comida costará 35 euros. Los interesados en asistir solo tienen que llamar a Carlos (636 375764) o a Isabel (620 666480). 

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