Con amigos así, sobran ladrones

De tanto escuchar que quien tiene un amigo, tiene un tesoro, algunos acaban interpretando mal el dicho y se deben de creer que uno puede disponer libremente de las pertenencias de sus colegas.

Ayer mismo, un joven declaró en los juzgados después de ser detenido por robar en casa de un amigo. El chico le cogió las llaves de casa a la víctima y se dio una vuelta por la vivienda, apropiándose de un reloj, una medalla, una cadena de oro y otros efectos que le parecieron atractivos. Antes de marcharse, y para no causarle un disgusto mayor a su colega, le dejó las llaves dentro de la vivienda.

Y no se crean que es un caso aislado, ya que también ayer, otro lucense aceptó una multa de 540 euros por cogerle el coche a un conocido y utilizarlo durante siete horas sin su permiso, causándole además varios desperfectos.

Este hurto tan peculiar se produjo sobre las diez de la mañana del 16 de enero de 2011, cuando el acusado se encontraba en el interior de un pub de ambiente latino de la Rúa Tui.

En un momento dado, el hombre aprovechó un descuido de un amigo -que le había dejado las llaves de su vehículo para que las guardara- y se fue a dar una vuelta. El osado conductor circuló con el turismo por la capital lucense y, sobre las cinco de la tarde, lo dejó aparcado junto a un restaurante de Friol.

En este caso, el simpático colega también tuvo a bien dejarle las llaves del turismo al propietario del establecimiento para que su dueño lo recuperara.

En ambos casos, los afectados decidieron denunciar los hechos, ya que un ladrón es un ladrón, por muchas cañas que compartiera con su víctima.

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