Es una creencia ampliamente reconocida que solo hay un motivo por el cual el ingreso en un hospital puede ser una alegría: el nacimiento de un niño. Bajo esa premisa, a los hospitales se les considera un escenario frío y aséptico de momentos que muchos quisieran olvidar. Rebajar esa imagen y humanizar un centro como el Hula es el objetivo del acuerdo de colaboración que mantiene con la escuela de Arte e Deseño Ramón Falcón.
La impronta de ese convenio se dejó ver, por primera vez, en Pediatría, donde los alumnos pintaron murales infantiles en las salas y habitaciones destinadas a los niños ingresados. Ahora también se pueden ver en Geriatría; en este caso en las zonas comunes y los pasillos.
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