Cinco de las quince alcaldías lucenses que dependen de pactos aún siguen sin dueño a apenas cinco días de los actos de investidura de los regidores, que se celebrarán el sábado. Esos concellos en los que no han dado aún ningún fruto las negociaciones contrarreloj entre distintos partidos son Lugo, O Corgo, Rábade, Foz y Sarria. Es difícil hacer pronósticos por las tensiones en esas conversaciones y por algunas de las exigencias sobre la mesa.
Al margen del galimatías en Lugo, en donde ni PP ni PSOE lo ven nada claro pese a ser la primera y segunda fuerza más votadas; muy cerca, en Rábade, la alcaldía también está en el aire al no aclarar el único edil socialista, Miguel Vilar, si dejará que gobierne el PP, el partido más votado, o apoyará a los independientes, con los mismo ediles que los populares.
Tanto el regidor actual, el independiente Francisco Fernández Montes, como la popular Remedios González han tendido la mano a Vilar, que tras señalar que el PSOE no tiene prisa, dijo ayer que no descarta ninguna opción ni tampoco entrar en el gobierno.
En O Corgo el hombre clave es Javier Vila, quien tiene en sus manos la decisión de si gobierna el PP -partido ahora en minoría y que él dejó para presentarse como independiente- o el PSOE. Un tripartito liderado por los socialistas es inviable -el BNG no quiere gobernar con Vila- pero el PSOE no renuncia a gobernar en minoría. La última palabra la tiene el edil independiente, que ayer seguía sin aclarar qué hará y decía que continuaba en contacto con PP y PSOE, ajeno a los rumores que apuntan a que su pretensión es la de ser investido alcalde el sábado.
Otro concello en el que la alcaldía está aún en el aire es Foz, en donde las negociaciones incluso se complicaron ayer por la noche. Esos contactos para conformar un pacto de izquierdas no empezaron muy bien entre las dos fuerzas mayoritarias: el PSOE y Foz Plataforma de Futuro (FPF). Ambas formaciones aspiran a hacerse con la alcaldía en ese futuro pacto y para los socialistas esa circunstancia es impensable después de haber renunciado su cabeza de lista, Jaime Cancio, para que FPF accediese a sentarse a negociar. Ese último partido decidirá hoy en asamblea su postura de cara a la negociación.
Pero este pacto también necesita del apoyo del BNG, que según indicaron ayer desde el PSOE ya accedió a una reunión a tres bandas que sería mañana. De todas formas, los nacionalistas también decidirán su postura en una asamblea el jueves. Así las cosas, si las fuerzas de izquierda -en mayoría, con ocho concejales- no se ponen de acuerdo, el popular Javier Castiñeira puede asumir el poder otros cuatro años.
En Sarria, el PSOE, CxG-CCTT y el BNG están predispuestos a llegar a consensos para formar un tripartito y desbancar al PP, para el cual el domingo cerraron ya un acuerdo programático de mínimos. Sin embargo, la alcaldía sigue en el aire. Anoche, representantes de los tres partidos mantuvieron un nuevo encuentro en el que no cerraron quién ocupará el papel de regidor y mucho menos el reparto de las áreas de gobierno.
La intención (al menos de una parte de los participantes en la negociación) es que la alcaldía se decida por mayoría de los nueve ediles que integran el pacto (cuatro del PSOE, tres de CxG y dos de BNG). La socialista Pilar López tendría más papeletas para ocupar este puesto por ser, de los tres, la lista más votada. Sin embargo, en caso de acordarse por votación individual de los nueve ediles, es el BNG quien tiene en su mano el poder de decidir si será alcalde López o el médico Benjamín Escontrela (de CxG-CCTT). En caso de votarse a sí mismo ninguno de los grupos tendría mayoría, por lo que podría darse el caso extremo de que PSOE o CxG apoyasen al alcaldable del BNG, Efrén Castro.
En los restantes diez concellos sin mayorías absolutas el 24-M, las negociaciones dieron sus frutos, y sin sorpresas, salvo en Ourol. Allí el PSOE fue la fuerza más votada pero será regidor José Ramón Vázquez Bouza, de CxG-CCT, pese a ser ese el partido menos votado. Será posible gracias a un pacto con un PP que le cederá la alcaldía.
