Cetal y Aula Láctea, 15 millones invertidos y sin visos de unión

Sede del Cetal y Aula Láctea. Foto: PEPE TEJERO
photo_camera Sede del Cetal y Aula Láctea. Foto: PEPE TEJERO

En pocos proyectos se aprecian tan claramente las consecuencias de la improvisación y la rivalidad política aplicadas a la gestión de la cosa pública como en la corta, pero azarosa, historia de los centros tecnológicos en Lugo. Hasta la fecha se han empleado más de 15 millones de euros en habilitar las sedes de los dos que operan en la capital: el Aula de Produtos Lácteos, que es parte del Instituto de Investigaciones y Análisis Alimentarios de la USC y en la que se invirtieron diez millones, y el Centro Tecnológico Alimentario (Cetal), dependiente del Ministerio de Agricultura, cuyas instalaciones, en las que aún falta buena parte del equipamiento, han costado ya 5,75 millones de euros.

Desde hace cuatro años se intenta unir los dos entes para que operen como un único centro tecnológico, pero no está claro que eso vaya a ser así y, aunque lo fuera, la planificación a golpe de giro político ha supuesto un coste mucho mayor que si desde el primer momento se hubiera diseñado una estrategia unificada.

El proyecto del edificio del Cetal hubo de modificarse para hacerlo confluir con la sede del Aula de Produtos Lácteos, que se construyó en la parcela contigua. Los dos inmuebles no solo están unidos por una pasarela sino que además el del Áula Láctea apenas tiene dependencias administrativas, que están ubicadas en el Cetal, y ambos comparten las redes de suministro de servicios. Si la fusión no llega a producirse -está pendiente de un informe del Ministerio de Hacienda que podría ser negativo-, estarían obligados a firmar, al menos, un acuerdo de convivencia.

EL CETAL, AL RALENTÍ

A pesar de que las previsiones políticas le dibujaban un futuro prometedor, el Cetal ha tenido que ir buscando su sitio, y todavía no lo ha encontrado plenamente. Así como el Aula de Produtos Lácteos tiene una trayectoria de veinte años plenamente enfocada al sector lácteo, el Cetal ha ido tanteando distintos campos. En el último año se ha hecho cargo del Observatorio de Precios del Sector Lácteo y colabora con otros centros en un proyecto para desarrollar un sistema de control de calidad del aceite de oliva, pero nada le reporta ingresos todavía porque falta el corazón de su potencial actividad investigadora, el laboratorio de seguridad alimentaria, cuyo principal destino, ahora mismo, parece ser el análisis de productos agrícolas para la detección de patógenos.

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