Centenares de personas despidieron al cazador de 17 años muerto de un disparo

El padre del joven fallecido, de corbata, muestra su intenso dolor en el sepelio celebrado ayer en Santa Cristina de San Román. (Foto: Pepe Tejero)
photo_camera El padre del joven fallecido, de corbata, muestra su intenso dolor en el sepelio celebrado ayer en Santa Cristina de San Román. (Foto: Pepe Tejero)

Dolor, estupor, pena, rabia y consternación. Ese era el sentir, ayer por la tarde, de los centenares de personas que acudieron a despedir a Juan Pablo Ares Vázquez, el joven cazador de Santa Cristina de San Román, de 17 años, que falleció en el monte de Coxe, en Ribas do Miño, el pasado sábado por la tarde en una cacería de jabalí. En Guntín, las banderas estaban a media asta y las aulas del CPI Tino Grandío, a donde asistía a clase, permanecían cerradas en señal de luto. «Nunca tanta xente vin no velatorio e nun enterro. Alí estaban os seus compañeiros, os veciños e moita xuventude», afirmaba uno de los asistentes al sepelio y compañero de la cuadrilla, que intentaba consolarse de lo sucedido con un resignado: «Son cousas da vida».

El hermano del fallecido, que lo acompañaba en el momento del accidente, a menos de 50 metros, abrazó a muchos de los presentes. Entre ellos, a este compañero de caza, que indicó que tanto la familia de la víctima como el presidente del coto, autor del disparo fortuito que, de rebote, acabó costándole la vida al joven, «estaban destrozados».

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