Carbón para los nuevos tiempos

Esther Neira, en el almacén de la Rúa Xoán Carballal, en el barrio lucense de A Residencia. J. VÁZQUEZ
photo_camera Esther Neira, en el almacén de la Rúa Xoán Carballal, en el barrio lucense de A Residencia. J. VÁZQUEZ

Cada vez son menos las calefacciones y cocinas de leña, al menos en las ciudades, donde poco a poco van siendo sustituidas por otros sistemas (gasoil, gas natural, electricidad...), pero por la contra no hay restaurante que hoy en día no abra sin una parrilla y en las viviendas están de moda las pequeñas estufas de leña, más económicas que otros sistemas, con lo cual el carbón no solo sigue siendo necesario hoy en día, sino que cada vez es más demandado. Así lo explica Esther Neira, propietaria de la única carbonería que queda en la capital lucense.

Carbones Piñeiro va camino del medio siglo. Comenzó a funcionar en la Rúa Quiroga, con su padre, José Neira Castro, al frente; después se trasladó a la Rúa Xoán Carballal, en el barrio de A Residencia, y desde hace unos años tiene también un almacén a las afueras de Lugo, en la carretera de Friol.

En este tiempo el mercado fue cambiando y mientras que en sus orígenes solo vendía carbón mineral, casi todo procedente de Ponferrada, poco a poco se fue imponiendo el carbón vegetal debido al aumento de la demanda para parrillas de restaurantes y particulares. «Agora está de moda a carne á brasa e con carbón, porque hai outros sistemas, como pedra volcánica, electricidade..., pero o sabor da comida non é o mesmo», afirma Neira.

El carbón vegetal que comercializa Piñeiro llega generalmente de Extremadura y de Argentina. El extremeño es de madera de encina y lo hace un particular que trabaja exclusivamente para la carbonería lucense. «Compra madeira, tena nos fornos durante un mes e despois mándanos o carbón nos sacos rotulados que lle enviamos nós previamente», explica la empresaria, que asegura que en España no es fácil encontrar productores de carbón vegetal y por eso la mayoría llega de Argentina. «Traémolo de alí porque é de quebracho, unha madeira moi boa porque é moi dura», afirma.

El carbón argentino, ya embolsado, llega en contenedores al puerto de Vigo y su precio depende de a cómo se cotiza el dólar en cada momento. «Un saco de 20 quilos vén custando uns once ou doce euros», señala Neira.

El carbón mineral tampoco es nacional en su totalidad. Al contrario, la mayor parte es importado, pero en este caso Piñeiro no lo compra directamente, sino a través de un mayorista que se lo sirve a granel. «Este non ten unha procedencia fixa. Cómprano en distintos países», indica la propietaria de Carbones Piñeiro, donde el saco de 30 kilos se despacha a unos 10 euros.

Las ventas de carbón mineral se limitan a los meses de invierno y no todos los años son iguales. «Este ano aínda non empezou a saír porque de momento non fixo moito frío. Outros anos por San Froilán xa se estaba vendendo», explica.

Este carbón se destina a las llamadas cocinas económicas, a calefacciones y, últimamente, cada vez más a chimeneas y estufas. «Como o gasoil e a luz van caras, agora véndense bastantes estufas de leña e carbón que non ocupan moito, son decorativas e incluso se poden retirar cando acaba o inverno», explica la empresaria.

Entre uno y otro, Piñeiro despacha unas 800 toneladas de este material al año, señala Neira. La cartera de clientes es bastante estable y cuenta con servicio de reparto a domicilio. «Temos dúas furgonetas con dous empregados e temos os clientes moi atendidos. Penso que esa é a clave», afirma.

¿Por qué carbón vegetal en vez de otro combustible?

El carbón vegetal es el resultado de una combustión incompleta de la leña. Se obtiene quemando madera en hornos a temperaturas superiores a 400 o 500 grados centígrados. Al tener un contenido de carbono muy superior al de la leña, su poder calorífico es mucho mayor y dura más tiempo encendido. Esto hace que resulte especialmente indicado para las parrillas de los restaurantes, ya que es más económico y menos trabajoso.

Chimeneas y estufas

El carbón vegetal puede emplearse también para chimeneas, braseros y estufas, pero es mucho más adecuado el carbón mineral, ya que dura más y es más barato. La desventaja frente a la leña es que ensucia mucho más.

Carbonero

Hace décadas, en algunas zonas rurales de España era común la figura del carbonero. Su oficio consistía en carbonizar la madera en una pila cubierta con musgo, tierra y ramas tiernas y, más adelante, en hornos de ladrillo o metálicos.

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